¡Empieza la campaña!
Durante los próximos quince días, los ciudadanos tendrán que aguantar estoicamente los típicos bloques electorales
Se acerca la fiesta de la democracia. El 12 de mayo todos los catalanes estamos convocados a las urnas. Pero antes del gran día, como si se tratara de una auténtica boda gitana, todos tendremos que aguantar las dos semanas de campaña electoral correspondientes. ¡Disfrútenlas!
Dos semanas de enfrentamientos entre partidos y candidatos. De reproches con el ya clásico ‘¡y tú más!’. De promesas que todos saben que incumplirán en prácticamente su totalidad y de palabras que posteriormente negarán. Por no decir directamente mentiras.
Durante los próximos quince días, estimados ciudadanos, tendrán que aguantar estoicamente los típicos bloques electorales que inundan de más información política de lo habitual nuestros medios de comunicación. Donde por ley todos deben salir, aunque no tengan nada que decir.
Hace unos años las campañas electorales servían para que los ciudadanos pudieran contrastar propuestas y programas. Pero ya no. Hoy en día han pasado de ser una herramienta útil para el elector a un circo de enfrentamientos políticos a costa del erario público. Sí, porque durante estos quince días los partidos se gastan millones de euros públicos para desprestigiar a sus rivales.
Quizás ha llegado el momento de replantearnos como sociedad, como democracia moderna —que aún tiene mucho camino por recorrer, especialmente en la aplicación de las nuevas tecnologías a los procesos electorales— si son necesarias dos semanas de tortura previa a la jornada electoral. Uno tiene la sensación de que cada vez más, en lugar de incentivar el voto, lo desincentivan.
Estimado lector, empieza la campaña electoral. Dos semanas para disfrutarlas. Para disfrutar de la vida, de la playa los que la tengáis cerca, de un paseo por La Fageda, de la familia o simplemente de estirarse en el sofá a leer un buen libro. Cosas, todas ellas, que durante las próximas dos semanas no podremos hacer los periodistas por culpa de aquellos que hablan a menudo de la necesidad de conciliar.
Eso sí, vayan a votar. El día 12 de mayo, todos a las urnas. Que es nuestro deber, pero de alguna manera también nuestra obligación. Que nuestros políticos recuerden a quién se deben.
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