Dos personas sentadas en una mesa, una de ellas con una chaqueta de cuero y la otra con una sudadera, sobre un fondo rosa con líneas discontinuas.
OPINIÓN

Docentes a la inglesa

El papel del tutor es sumamente importante en la educación de los alumnos

En España, cuando un docente ve un problema con un alumno, llama a los padres, pero muchos docentes, como en Estonia y Finlandia, primero hablan directamente con el estudiante. Este, al ser tratado como un adulto, lo agradece. A posteriori, y si la situación lo requiere, se pide un encuentro con sus padres. 

El papel del tutor es sumamente importante en la educación de los alumnos. En el British School of Barcelona, con unos veintisiete alumnos por clase, y buenos resultados educativos, el tutor resulta la pieza fundamental en todo ello. Así me lo comentaba un día su antiguo director, el señor Josep Lluís González. 

En primer lugar, todos sus docentes ejercen de tutor, quedando cada grupo con dos tutores. Ello ofrece mayor atención e iguala el trabajo entre los docentes. 

En segundo lugar, existen dos líneas de coordinación en el centro, una sobre los temarios que vigilan los jefes de departamento más un coordinador, y la otra sobre los tutores bajo otro coordinador. En todo ello, y en el sistema inglés, no se exige psicopedagogo alguno, es más, los temarios establecidos no van regidos por libros, sino que cada profesor debe responsabilizarse de trabajar su propio material con los escolares para que puedan pasar la reválida estatal. 

Tutoria entre una profesora y una alumna

En tercer lugar, y durante las seis sesiones diarias de clase al día, se potencian todo tipo de actividades destinadas al debate, a la argumentación y a la exposición en público de los conocimientos adquiridos, todo ello para potenciar el criterio propio bajo hechos contrastables. En todo ello, todos los profesores como tutores se comprometen en alto grado. 

En cuarto lugar, hay programas de enriquecimiento en donde se crean grupos de debate y sesiones personales para potenciar todo lo anterior. 

En quinto lugar, el esfuerzo en todo ello, tanto en su formación interior y moral como en la adquisición de conocimientos, deviene clave para pasar las reválidas estatales que impone el modelo inglés. 

En sexto lugar, y para cada ciclo, existen una serie de actividades en instituciones caritativas para concienciar a los chavales de su necesaria solidaridad con la sociedad. 

En séptimo lugar, se ejecutan acciones inclusivas para aquellos alumnos con mayor capacidad para que no se aburran en la clase normal. A cambio, se ofrece refuerzo extraescolar a quienes tienen mayor dificultad. 

Una profesora da clase el día del inicio del curso en el colegio de la Alameda de Osuna, a 5 de septiembre de 2022, en Madrid (España).

Y, por último, todos los puntos anteriores se hallan bajo la atenta mirada del tutor de cada subgrupo, del coordinador de los tutores y del mismo director. Al final, los alumnos de este centro terminan con el título de la ESO española y el de la IGCSE británica bajo una educación holística entre un extenso crecimiento interior, moral y crítico más un gran cúmulo de conocimientos y capacidad de contraste en los mismos.

Pero ya sabemos que hoy día la letra con sangre ya no entra, ahora se intenta con Petit Suise, chocolate Kinder o los Donuts si te olvidaste la cartera. Si ser Robocop-dictador con los alumnos puede ser malo, dirigirse al otro extremo resulta nefasto. Aristóteles decía que lo mejor entre dos extremos era el término medio, ni dictador ni la abuelita de Caperucita.

Ser un blandengue con los chavales resulta un craso error, ya que no se puede ser colega de los alumnos el primer día y esperar que te respeten al siguiente. Primero hay que dejar claro que se es educador y que lo de amigos ya se verá el día que ellos sean adultos. 

Los estudiantes rápidamente detectan a quién tomar por el pito del sereno, al blando, o a quién respetarle, el terminator bueno. Los blandos que no se han hecho respetar provocan que su aula ruja en gritos y despropósitos, algo que hunde la enseñanza y aumenta el fracaso escolar. 

Imagen de una profesora en una turoia con 3 alumnos

Además, y resulta tal el ruido, que las clases vecinas les es imposible disfrutar de silencio y atención, es decir, el blando no consigue impartir sus conocimientos y los vecinos tampoco.

De esta manera, muchos alumnos se andarán a perder ante la opción del jaleo y de la diversión. Lo grave de estos profesores débiles es que luego son los que más se quejan a los tutores y a la directiva de las faltas de respeto de sus alumnos. Es decir, no saben darse cuenta de su error.

A veces incluso esperan y exigen que sean los tutores y la directiva quienes les resuelvan su falta de disciplina, y si se interviene, el débil quedará sentenciado de por vida por los alumnos. Una vez desautorizado, la clase jamás le tomará en serio. 

Al final este perfil de profesores suele acabar con ansiedad, histerismo y depresión, hasta de baja, y todo por no imponerse un poco al principio. 

Desgraciadamente, las ideologías pedagógicas y políticas vigentes son muy proclives al perfil docente cercano y colega.

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