Pedro Sánchez en un mitin hablando desde un atril con una camiseta con el simbolo de la cara de salvador illa y señalando al frente
OPINIÓN

Diario de campaña, día 16: Por fin se termina y nada hay seguro

Los políticos ya no pueden pedirnos el voto ni tampoco prometer cosas que saben que no van a cumplir

Queridos lectores, está de suerte. Los políticos, a partir de esta medianoche, ya no pueden seguir dándonos la murga. Ya no pueden pedirnos el voto ni tampoco prometer cosas que saben que nunca van a cumplir.

A partir del domingo todos se olvidan de nuevo de nosotros. Y, a lo sumo, alguien les reprochará el sentido de su voto por qué no les gustará el resultado obtenido.

La campaña electoral ha puesto punto y final este viernes con un esfuerzo final de todos los partidos por conseguir la victoria. Aunque esta, según los trackings internos, está solo en manos de un par. Unos jugándose la primera posición, otros la cuarta y algunos no pasar a ser residuales, todos los dirigentes nacionales desembarcaron en Cataluña y los catalanes salieron a nuestras calles -excepto las de Junts que lo hicieron en las de Francia-.

El PP es quien hizo un mayor esfuerzo en este último día por pedir el voto. Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso estuvieron junto a Alejandro Fernández y tuvieron ambos actos en solitario para conseguir convencer a los constitucionalistas de que la opción popular es la que más conviene a Cataluña. Se juegan la cuarta plaza con Vox que, como toda la semana, ha tenido a Santiago Abascal como compañero de escenario de Ignacio Garriga.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español y secretario general del PSOE, volvió a dar un paseo sorpresa como el del día de su reaparición en la Feria de Abril de Barcelona. Después de una campaña en la que no había salido de Barcelona, buscando el voto de Ciutadans que se quedó en casa en el 2021, este viernes ha aparecido por las calles de Tarragona después de hacer noche en Barcelona.

Aunque coincidió en tiempo y hora con Isabel Díaz Ayuso, su principal enemiga política, no se encontraron. Hubiera sido una buena ocasión. Por la tarde el jefe del ejecutivo español dejó una de las imágenes de esta campaña, enfundándose una camisa con el rostro de Salvador Illa durante su discurso en medio de una gran aclamación de una militancia socialista enloquecida por su líder.

Carles Puigdemont, que al cierre de la edición de este diario no había regresado a Cataluña, pese a que en las últimas horas se había disparado el rumor de que podría hacerlo para rentabilizar su detención, pidió desde Argelès sur Mer poder agrupar el voto independentista para evitar que el Gobierno de la Generalitat "esté supeditado en Madrid".

El candidato de Junts alertaba así de un posible pacto entre el PSC, ERC y los Comuns para hacer presidente a Isla. Un tripartito 3.0, vamos. Después de que se hiciera público que Mossos fuera de servicio le prestaban protección en Francia, el expresidente tildó de "vergonzoso" que se cuestione esto. Y Pere Aragonès, consciente de que se juega los mismos votos con Puigdemont, hizo lo mismo.

Este viernes la negativa del PP y Junts a no participar a última hora en el debate de la Cadena Ser y El País, sumado al veto del Grupo Prisa a Ciutadans, Vox y la CUP, obligó a los organizadores a suspender el último debate previsto en esta campaña electoral. Un debate que, seguro, habría dado juego teniendo en cuenta lo reñida que está la carrera hacia las urnas del próximo domingo.

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