A Collboni le 'molesta' Twitter
Dentro de ese postureo trajeado y sonrisa perenne que responde al nombre de Collboni no podía faltar su huida de Twitter
Dentro de ese postureo trajeado y sonrisa perenne que responde al nombre de Jaume Collboni no podía faltar su huida de Twitter. El alcalde-escaparate de Barcelona, siempre atento a la última moda ‘woke’, tenía que mostrar públicamente su denuncia sobre la “degradación” de Twitter, que asegura se ha acentuado notablemente, en su visión como “político demócrata y ciudadano comprometido con las libertades y el progreso”. Esta decisión ha motivado que Daniel Sirera, presidente del grupo del PP en el consistorio barcelonés, le haya recordado que cada vez es más difícil interactuar con un alcalde encerrado en su torre de marfil.
Pero hablemos de la “degradación” que denuncia el alcalde. Yo también estoy muy preocupado por la “degradación” que están sufriendo los barceloneses castellanoparlantes, cuyos derechos civiles están siendo “degradados” por la actuación del “demócrata” Collboni. Por ejemplo, cuando despide a trabajadores municipales temporales – como su cocinero personal, un clarinetista y empleados de la limpieza – por no tener un certificado que acredite el dominio del catalán.
Como si para hacer un estofado, tocar una sinfonía y garantizar la higiene del espacio público fuera imprescindible dominar los ‘pronoms febles’ y pronunciar adecuadamente la ‘e’ abierta y la ‘e’ cerrada. Collboni no entiende que Barcelona es España, el español es la lengua común a todos los españoles y todos los ciudadanos han de tener el mismo acceso a los empleos públicos.
También me preocupa la “degradación” de Twitter como herramienta de chivateo lingüístico en el que se señala a dependientes, camareros, trabajadores y comerciantes por hablar en español, para que los usuarios les boicoteen y así provocar despidos o el cierre de los negocios.
Plataforma per la Llengua es especialmente activa en este campo, y el gobierno municipal de Barcelona en el que ha estado Collboni ha subvencionado a esta entidad hispanófoba. Y me temo que lo va a seguir haciendo a pesar que esta asociación se dedicaba a espiar la lengua en la que hablaban los niños en los patios de los colegios sin pedir permiso a sus padres.
También me preocupa la “degradación” de las comunicaciones del Ayuntamiento de Barcelona con los ciudadanos. En la cartelería, rotulación y señales de tráfico el castellano es prácticamente inexistente. Vean los pasquines que se cuelgan en los portales, convocando a reuniones con los vecinos, y lo comprobarán. O recordemos como el gobierno municipal en el que Collboni lleva tiempo ha difundido, durante años, carteles con el texto en catalán, tagalo, árabe y urdú, pero no en español. Y observen los rótulos en los equipamientos municipales, del castellano, apenas hay rastro.
Pero esto no le preocupa a Collboni, lo que le afecta es la “degradación” de Twitter. La “degradación” de Barcelona como paraíso para delincuentes que apuñalan, violan, agreden, roban y saquean no está entre los asuntos que le quitan el sueño. Ni los ataques a los turistas, dado que Collboni sigue “dialogando” con los partidos y colectivos que predican la turismofobia para convertir a Barcelona en una ciudad cerrada al mundo, y los acabará incorporando al equipo de gobierno municipal.
Con la excusa de atacar el modelo económico del turismo se busca empobrecer la ciudad, para que sea cada día más dependiente de unos colectivos fanatizados que buscan acabar con la libertad individual. Pero a Collboni le “preocupa” Twitter. Más debería preocuparle el hecho de que esté a punto de incorporar a los golpistas de ERC al gobierno municipal.
Y luego vendrán los “turismofóbicos” de los Comunes.
Más noticias: