Dos personas posando frente a un fondo rosa con líneas diagonales.
OPINIÓN

Colau y Asens, hazañas bélicas

Estos días nos llegan noticias de Ada Colau y Jaume Asens en su nueva aventura de apoyo al terrorismo islámico

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Estos días nos llegan noticias de Ada Colau y Jaume Asens en su nueva aventura de apoyo al terrorismo islámico, en su lucha por acabar con todo lo bueno, noble y justo en este mundo. Después de su frustrada expedición con la “Flotilla de la Libertad” (se desviaron a Turquía, pasearon un par de días por Estambul y luego se volvieron para casa como héroes) en esta ocasión denunciaron haber sido atacados por las IDF y adjuntaron un video maravilloso, obra maestra de la comedia involuntaria.

De forma notabilísima, según la propia publicación de Colau, estaban allí para “ayudar con la recogida de la aceituna”. Solo por esto ya hay que agradecer a Netanyahu todo su esfuerzo bélico, pues ha logrado el Mayor Milagro del Siglo XXI: poner a Colau & Asens a doblar el lomo, vareando olivos.

Ada Colau vestida con una camiseta sin mangas negra, aplaudiendo frente a un micrófono con un fondo de color púrpura.

Evidentemente, en el video se ve claramente que no tienen la menor intención de acercarse a ningún árbol, sino que caminan por un descampado donde no sucede nada y se dedican a molestar a unos soldados que pasaban por allí. Colau es la última de los últimos que están más atrás, y levanta las manos como si estuviera en primera línea de fuego, cuando lo único que sucede es que a 500 metros hay un jeep con dos soldados que debían de estar merendando. 

El grupito finalmente consigue sus objetivos y los soldados les dicen que por favor dejen de hacer el indio: parece que en algún momento lanzan un bote de humo, pero Colau habla a la cámara denunciando “disparos indiscriminados”. Un bote de humo en medio del campo es un “ataque” al que sobrevivían, sin problema, un grupo de ancianas en silla de ruedas, pero los valientes luchadores por los derechos humanos gritan y gimotean como si les estuvieran cayendo encima los 8000 cohetes que Hizbullah ha lanzado sobre el norte de Israel desde el 7 de octubre.

Jaume Asens y Ada Colau mirando atentamente hacia adelante en un entorno interior.

Se supone que después del incidente, el grupo debió de volver al hotel y relajarse a base de champán y ostras, antes de volver a BCN para programar un sinfín de actos en los que hablar de su experiencia de guerra contra el malvado sionismo. Decir que desde aquí, en realidad, apoyamos la misión de Colau & Asens, y les animamos a que se queden por allí meses, años, recogiendo aceitunas o amasando pan, lo que haga falta.

Eso sí, no entendemos por qué en su misión de apoyo al yihadismo se han dejado las banderas LGTBI y no han incluido a ninguna mujer con pene. Debe de haber sido un descuido.  

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