Montaje con unas burbujas con el logotipo de la red social X antes conocida como twitter

OPINIÓN

La burbuja de Twitter

¿Hasta qué punto lo qué pasa dentro de Twitter afecta en la vida cotidiana de los catalanes, especialmente a la política?

Cataluña ha estado, sin duda, un país muy activo en las redes sociales, especialmente durante los últimos años del proceso. Son una prueba los diversos trending topics nacionales que hay cada día relacionados con hechos sucedidos en el principado, ya sean políticos, sociales, de entretenimiento o deportivos, entre otros. 

¿Pero hasta qué punto lo qué pasa dentro de esta red social afecta en la vida cotidiana de los catalanes, especialmente a la política? 

A continuación, para ilustrarlo, os ofrezco algunos ejemplos de como la presión de las redes sociales, principalmente Twitter, ha hecho que ciertos políticos, personalidades o instituciones hayan tenido que pedir disculpas o bien sucumbir a las voluntades de los tuiteros. 

El primer ejemplo lo encontramos el verano pasado, cuando un terrible incendio calcinaba Llançà y amenazaba el Cabo de Creus. Mientras los vecinos huían atemorizados y veían como sus casas eran tragadas por el fuego, la red hervía ante la inexistencia de ninguna muestra de apoyo por parte del gobierno. Hay que recordar que, durante aquellas semanas, los bomberos voluntarios estaban en huelga y el consejero se había negado a escucharlos.

Las críticas se intensificaron cuando, pasadas horas del inicio del incendio, apenas los gobernantes habían hecho ningún tuit de apoyo a los afectados.  Horas después, y ante la avalancha de críticas, Joan Ignasi Elena, consejero de Interior, comunicó que visitaría el centro de mando avanzado el día siguiente. Al llegar, tuvo una reunión con los jefes del operativo, las imágenes hablan por sí solas, parece que quizás no había pasado muchas buenas noches leyendo Twitter. Un cargo público movido por la presión de las redes, tarde y mal. 

Conseller Ignasi Elena con los bomberos de PortBou

Y el último ejemplo que os quiero poner lo encontramos en un hecho muy reciente, la detención del magrebí multirreincidente que se dedicaba a apalear mujeres al andén de la estación de metro de Camp del Arpa de Barcelona. Una vez varias cuentas viralizaron el video de la agresión por Twitter, empezó a filtrarse la información que el agresor campaba libre, incluso había fotografías suyas posteriores a la agresión.

¿La excusa de la policía catalana por haberlo dejado libre no la sabemos, algunas fuentes dicen que era por la falta de un parte de lesiones, en cambio, los medios aseguraban que era por el desconocimiento de la brutalidad de las imágenes, realmente la policía no había mirado las cámaras de seguridad? ¿Realmente hace falta un parte de lesiones para detener alguien cuando acaba de apalear a 10 mujeres? El hecho es que pocas horas después, y sin ningún cambio sustancial en los hechos descritos anteriormente, los Mossos d’Esquadra procedieron a la detención del delincuente extranjero.

Una detención que probablemente no se hubiera producido si no hubiera estado por la difusión de las imágenes por las redes y el posterior estallido de indignación. Si no habían cambiado las circunstancias, ¿por qué antes se lo había dejado libre y ni 3 horas después se lo detenía? Más claro, el agua. Pero esto no acaba aquí. Domingo supimos que el juez de instrucción número 32 de Barcelona, en funciones de guardia, lo enviaba a prisión acusado de lesiones. ¿No os sorprende esta diligencia al enviar a prisión esta mala pieza?  Evidentemente, parece que aquí vuelven a tener mucho que ver las redes.

Por un lado, dada la popularidad del caso, su puesta en libertad habría provocado un alboroto de dimensiones colosales tanto en las redes como en la calle y, segundo, las amenazas del propietario de la empresa Desokupa de “darle caza”, hasta el punto de ofrecer una recompensa de 3.000 € a quien le facilitara su domicilio, han sido lo detonante para encarcelarlo y que pase a cargo de las arcas de la Generalitat. Para poner contexto, los agresores del Maestro Chen, quien hace unas semanas fue herido de extrema gravedad a Gracia al evitar un robo, los cuales le profirieron varias cuchilladas que lo dejaron entre la vida y la muerte, fueron liberados en tan solo 24 horas. En conclusión, no solo los políticos, también los estamentos judiciales van a toque de tuit. 

Estos son tres ejemplos, pero tenemos muchos otros: la relación entre la inmigración y los resultados del informe PISA, el follón de las oposiciones, la evaluación oral del catalán a la ESO, las justificaciones de Évole después de sus declaraciones a Col·lapse de TV3 y un largo etcétera. 

Concluiré el artículo respondiendo a la pregunta. Sí, la burbuja de Twitter ha estallado, de hecho hace tiempo que lo hizo. Tenemos muchas pruebas, pero la más evidente es que aquellos quien tendrían que tener el control del discurso fuera de las redes: jueces, políticos, periodistas… dependen hasta el punto de que los condicione su día a día, y como ya habéis podido ver, no se escapa nadie.