Aprovecha, que el Govern está de rebajas
Cualquier nuevo problema podría representar el golpe de gracia para un Govern que parece una débil figura de porcelana que, con un simple golpe, podría acabar de romperse en pedazos
Tener un Govern al que se le cae a trozos el territorio que gobierna tiene una ventaja. Con la sanidad colapsada, una delincuencia al alza, el sistema educativo por los suelos y muchos otros frentes abiertos, la Generalitat no se puede permitir el lujo de dejar que se generen más incendios en Cataluña.
A pesar de los múltiples problemas que tiene el ejecutivo de Pere Aragonès encima de la mesa, los dos principales marrones en los que está poniendo todos sus esfuerzos son la sequía y los presupuestos. No poder sacar adelante las últimas cuentas de la legislatura evidenciaría más la ya evidente soledad de un gobierno que se aferra a la silla a pesar de tener solo 33 de 135 diputados. Y, si no llueve, unas restricciones duras para la ciudadanía a la hora de acceder al agua dejarían muy tocado a los republicanos a las puertas de las próximas elecciones.
Por lo tanto, cualquier nuevo problema podría representar el golpe de gracia para un Govern que parece una débil figura de porcelana que, con un simple golpe, podría acabar de romperse en pedazos. Por este motivo, las dos principales movilizaciones que ha habido en Cataluña en las últimas semanas han acabado con la Generalitat dando su brazo a torcer. “Mire, por favor, le prometo lo que sea, pero no me la líe más que estoy agonizando”.
Las enfermeras fueron las primeras. Inicialmente, el Govern se puso gallito y las menospreció. Viendo que seguían plantando cara, el ejecutivo catalán no tuvo más remedio que agachar la cabeza y atender a sus reivindicaciones. Como parte de las reclamaciones de este sector sanitario dependían de la administración central, la Generalitat acabó haciendo lo que más sabe, aunque quieran aparentar lo contrario: pedir ayuda a España, concretamente al Gobierno de Pedro Sánchez. Y pam, triunfo de las enfermeras.
Después vinieron los agricultores. Tras machacarlos a burocracia y llenarse la boca de ecologismo, el Govern vio como las protestas del sector primario cogían una fuerza que no tenían forma de confrontar. Y más teniendo en cuenta el talante catalán respecto a los payeses, que históricamente ha sido un sector muy bien visto entre la sociedad catalana. No se podían permitir iniciar una guerra contra ellos y también acabaron cediendo, con más promesas y dinero de por medio.
Así que, ya sabes, si tienes alguna reivindicación, aprovecha el momento. El Govern está de rebajas. No se puede permitir más incendios mientras Cataluña sigue agonizando por los cuatro lados. Docentes, funcionarios de prisiones, Mossos d’Esquadra o los que sean: es el momento de sacar tajada. Ya que la cabezonería de ERC de no convocar elecciones impide hacer caer un Govern sin credibilidad, como mínimo que más sectores puedan conseguir lo que piden y necesitan.
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