Montaje de una imagen de Yolanda Dïaz aplaudiendo
OPINIÓN

¿Antisionismo? No, es antisemitismo

El “sionismo” es defender que es legítima la existencia del estado de Israel, según lo establecido por la ONU en 1947

Vamos a explicarlo despacito, para que hasta Yolanda Díaz lo pueda entender. El “sionismo” es defender que es legítima la existencia del estado de Israel, según lo establecido por la ONU en 1947. En este sentido son “sionistas”, entre los partidos españoles, el PP, el PSOE, VOX, PNV y Junts, es decir, 304 escaños de 350, es decir el 86% de los representantes electos en las últimas generales.

El “antisionismo” es la doctrina opuesta: el estado de Israel es un artefacto colonial ilegítimo y la tierra debería ser de los palestinos “desde el río hasta el mar”, de modo que los nueve millones de ciudadanos de Israel (el 21% de origen árabe) tendría que ser desposeídos y expulsados, convirtiéndolos de facto en parias y provocando el mayor éxodo de apátridas de la historia. La tierra así recuperada podría entonces ser puesta en manos de los proxys de Irán, tales como Hamás y Hizbullah, para que pudiera establecerse una sociedad monocultural, teocrática, de sharia, burkas, latigazos y lapidaciones.

Los “antisionistas” nunca acaban de explicar qué tipo de respuesta debería dar un estado después de un ataque como el del 7 de octubre de 2023, en el que tropas extranjeras violaron las fronteras y fueron casa por casa cometiendo atrocidades de una maldad infrahumana. ¿Quizás hubieran querido ver a las IDF con coronas de flores, formando corros y cantando Imagine a la luz de las velas? 

Yolanda Díaz en un mitin de En Comú Podem

La misma legítima defensa que la izquierda defiende para Ucrania, la niega para Israel; la existencia de dos bandos en combate (que se asume con normalidad en Ucrania) es negada para la guerra de Gaza, que se presenta como una caprichosa masacre de población civil indefensa; la misma ayuda militar que se defiende para Ucrania se niega para aquellos que están combatiendo el fundamentalismo islámico más asesino y atroz a las puertas mismas de sus fronteras.

Infectado el aire de este “antisionismo” izquierdista, comienzan a arder sinagogas en Europa, se lanzan campañas de boicot a productos israelís y se dispara la islamización de los barrios. Cualquier persona mínimamente decente, tomaría partido siempre por los adversarios de Hamás: una vez vista la naturaleza demoníaca de sus intenciones, lo sensato es apoyar a quien sea que combata a esas alimañas. Pero resulta que lo progresista es estar con los ayatollahs.

Llegados a este punto, solo queda una explicación de fondo, el clásico antisemitismo europeo, que percibe a todo lo judío como cosa ajena y parasitaria, últimamente envuelto en todo tipo de teorías acerca del dominio judío del mundo. Si no es así, que vayan las señoras Ione e Irene a una sinagoga y expliquen su amor a la tradición judía. Quizás el día de Yom Kippur, a unas semanas vista, podría ser una buena fecha.

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