La Ministra de Igualdad Irene Montero en un acto con el puño en alto
OPINIÓN

Adiós, Irene, adiós

Adiós, Irene de nuestras jaquecas, princesa de látigo, rabia y subvención, cónyuge empoderada, Juana de Arco de tupper con ensaladilla.

Imagen del Blog de Octavio Cortés

Adiós, Irene de nuestras jaquecas, princesa de látigo, rabia y subvención, cónyuge empoderada, Juana de Arco de tupper con ensaladilla.

Cómo nos reñías, oh Irene, con tus feminismos transinclusivos y tus inclusiones transfeministas; parecía que hicieras llover del cielo unos pétalos tristes, de un violeta histérico, republicano y otoñal. Oh, cómo nos reñías puño en alto desde la piscina hortera de tu chalet hortera o desde las muy progresistas páginas del Vanity Fair. 

Reñías a tus votantes, y tenías razón, porque dejaron de votarte, los muy traidores. Reñías a tus propios compañeros de partido, y tenías razón, porque se fueron todos a otros sitios donde no les gritaran por el mero hecho de existir, los muy blandengues. Reñías a la Malvada Ultraderecha, y tenías razón, porque esa gente está empeñada en no aceptar que los violadores campen a sus anchas, por los pueblos y villas, por los riscos y los valles, por las verdes praderas, libres y al galope como yegüas del Canadá, los violadores en la flor de sus potencias, los violadores exultantes, los violadores con sus catálogos de gabardinas de entretiempo y sus caramelos drogados.

Qué será de tu odio ahora, donde derramarás tus venenos. Qué habrá que hacer con Pam y sus psicólogos demenciales, con los hombres menstruantes y las mujeres menguantes, dónde habrá que aparcar a tus corifeos no binarios y a tus pedófilos exculpados.

Primer plano de la Ministra de Igualdad de Podemos Irene Montero con cara triste

Convertiste un Ministerio en tu personal Corte de las Maravillas, una invaginación profunda en el seno herido de la administración, un zoco de memeces artesanales, un Palmar de Troya del berrinche ideológico. Ahora, Irene, los policías no se cuadrarán a tu paso, como solían, con ese gesto patatuno de quien hace de figurante en una comedia bufa.

Y qué será de tus choferes, de tus niñeras abandonadas en la dolorosa intemperie del micromachismo nacional, de tus compañeras atragantadas, de tu troupe itinerante de compañeras monstruosas. 

Sigue tu camino, Irene, marcha orgullosa hacia tu destino apoteósico como Nueva Idiota Global, capaz de reñir hasta al último de los electrones de este universo patriarcal. Ve, Irene, con la barbilla alta y tu flamante patrimonio millonario, pero no te olvides de nosotros, por el amor de todos los santos del cielo. Vuelve de vez en cuando para insultarnos como merecemos, para liberar a algún violador olvidado, para acusar de cualquier barbaridad inventada al primero que pase por allí.

Primer plano de Ione Belarra con Irene Montero en el Congreso de los Diputados

Porque, Irene, reina, tú eres un precioso condensado de todo lo que está mal en nuestra época, un decantado puro de la Esencial Estupidez Contemporánea. Luna estrogénica, diurna y chillona, lirio de supermercado, dulcísima madrina de travestis cincuentones. 

Hasta siempre, Yoko. 

P.D.: Recuerdos a la compañera Ione (ver: iones negativos) y a los muchachos de Canal Red (ver: Canal Grima) que seguramente sea lo próximo que hundas.

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