Un pueblo catalán inaugurado por Juan Carlos I se viraliza por un inesperado motivo
Hay distintos motivos por los cuales un municipio puede hacerse famoso como su gastronomía o tradiciones, pero no es muy común hacerlo por su silueta
Hay muchos motivos por los cuales un municipio puede definirse o destacar entre el resto. Por ejemplo, por un nombre curioso, como Peleas de Arriba y Peleas de Abajo de Jaén, o Correpoco, en Cantabria.
También los hay que son conocidos por su belleza, como Mogarraz, en Salamanca, o Cadaqués, en Gerona. O incluso pueden ser famosos por alguna tradición curiosa, como la batalla del vino en Haro, La Rioja, o la Tomatina en Buñol, Valencia.
Pero, por si una cosa no suelen definirse, es por su silueta. Y cuando hablamos de silueta, no nos referimos a la que forman los tejados de las viviendas y monumentos del municipio, sino a sus “fronteras”. Los límites del término municipal, normalmente, crean figuras irregulares sin ningún patrón o intención aparente.
No obstante, ¿qué sucedería si en Cataluña hubiese un municipio conocido por tener la silueta de, ni más ni menos, España? Ese es el caso de Badia del Vallès, anteriormente conocida como Ciudad Badia. Se trata de un municipio situado en el Vallés Occidental, justo al lado de Barberá del Vallés, y a tan solo 14 kilómetros de Barcelona.
Este cuenta con una población de aproximadamente 13.000 habitantes y una superficie que no llega a 1 km². Este hecho hace que cuente con una de las densidades de población más altas de Cataluña.
Origen de Badia del Vallès
La ciudad se ideó en los años 60 para ofrecer vivienda asequible para quienes tras la Guerra Civil Española emigraron del campo a las ciudades. Los precios de las casas en Barcelona estaba por encima de las posibilidades de las clases populares que llegaban desde el campo. Eso desencadenó en que establecieran en barracas en el exterior de la ciudad.
No obstante, estos lugares no cumplían con las necesidades higiénicas y hacía falta mano de obra, por ese motivo se planificó la construcción de 12.000 viviendas sociales, que finalmente fueron 5.372. Estos fueron grandes bloques de pisos de entre 5 y 16 plantas.
Esta fue inaugurada el 14 de julio de 1975 por los entonces Príncipes de Asturias, Juan Carlos y doña Sofía. A partir de entonces fue un territorio dependiente de Barberà del Vallès y Cerdanyola del Vallès hasta 1994, año en que el Parlamento de Cataluña aprobó su independencia.
Una España urbanística
A vista cenital, la ciudad forma la silueta de la Península Ibérica. Además, para terminar de poner la cereza del pastel, los nombres de las calles y avenidas corresponden a lugares de España situados intencionalmente en sus respectivos lugares geográficos.
De ese modo, desde donde estaría “Cataluña” desciende la avenida Costa Brava, que luego se une a la avenida de la Mediterránea. Para remontar por la frontera entre “Extremadura” y “Portugal”, encontramos la avenida de la Vía de la Plata. Y para finalizar, llegamos a la avenida del Cantábrico que recorrería el “norte de España”.
Por otro lado, hay otras calles como la calle de la Mancha, avenida de Zaragoza, avenida de Burgos o calle Mallorca, entre otras. Incluso tuvieron el detalle de mencionar a nuestros vecinos portugueses con las calles de Porto y del Algarve. De esta manera, Badia del Vallès ofrece el lujo de dar un paseo por España en tan solo unos minutos.
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