Unas monjas de un convento de Granada triunfan vendiendo sushi
Las carmelitas han causado una gran revolución en la ciudad cocinando comida asiática
La oferta gastronómica de los conventos siempre se ha caracterizado por los dulces tradicionales. Mantecados, pastas, mermeladas y otros manjares típicos de nuestro país. Sin embargo, los tiempos han cambiado y hasta las monjas necesitan adaptarse.
Esto es lo que ha ocurrido en un convento de las Carmelitas en Granada. Las religiosas se dieron cuenta de que necesitaban incrementar sus ventas y tuvieron una idea.
Concretamente, se les ocurrió a las hermanas que proceden de Filipinas. La ocurrencia no fue otra que cocinar platos asiáticos como pollo con verduras, tallarines y el que se ha convertido en un éxito total: el sushi.
Una idea que ha salvado a la congregación
El monasterio donde viven, con más de cinco siglos de historia, tiene grandes gastos que cubrir. Sin embargo, la paga con la que sobreviven no era suficiente para hacer frente a las facturas.
Cinco de las siete religiosas que habitan en el convento son filipinas, por lo que estaban más familiarizadas con ese tipo de platos exóticos. Empezaron a ofrecerlos a su clientela habitual y tuvo una gran acogida.
En su puerta han colocado fotos de su nueva oferta gastronómica y ahora no le faltan los pedidos. No sabemos si ha sido en parte a sus plegarias o solamente mérito de sus cocineras.
Un convento con olor a noodles y sushi
Gracias a la buena respuesta que han obtenido pueden llegar a fin de mes. Las hermanas han activado un número de teléfono para que la clientela pueda hacer sus pedidos. Aunque estos se siguen sirviendo como antaño, a través del tradicional torno.
Aunque la idea fue de las hermanas filipinas, ya hay alguna otra, como Sor María Dolores, que ha aprendido a hacer sushi. De esta manera podrá ayudar a sus compañeras a satisfacer la alta demanda que están teniendo.
Las monjas han querido aclarar que, aunque ahora cocinen comida asiática, sigue haciendo dulces tradicionales. Los habitantes y turistas de Granada podrán seguir abasteciéndose de mantecados y otras pastas. Unos dulces con décadas de historia que saben a gloria.
Está claro que las hermanas carmelitas han sabido adaptarse a los tiempos que corren. No dudamos de que si es necesario volverán a innovar para salvar la congregación.
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