¿Sabes de dónde viene la costumbre de enseñar el dedo corazón? Imposible acertar
Este gesto ofensivo tiene siglos de antigüedad, te contamos su historia
Enseñar el dedo corazón es un acto extendido por todo el mundo. Al hacerlo, pueden entenderte en cualquier parte del mundo, aunque no hablen tu idioma. Pero, ¿sabes de dónde surge? El tiktoker @aburridoycurioso ha contado, en uno de sus vídeos, el origen de este gesto.
Para saber cómo comenzó a utilizarse este dedo para insultar a los demás hay que remontarse a la antigua Grecia. Allí se usaba en el teatro para representar a los personajes vulgares. Al mostrar el dedo medio y recoger el resto de dedos se quería representar un pene y dos testículos. En la primera obra que apareció fue en “Las nubes” (423 a. C.), una comedia escrita por Aristófanes.
Esta tradición también la heredó el Imperio Romano. Los romanos llamaban a este dedo “digitus impudicus”, que significa “dedo obsceno”. Cuando enseñaban el dedo medio o dedo corazón querían insultar y desafiar a sus enemigos.
Tal vez el origen esté en los monos
Aunque todos los historiadores están de acuerdo a que este gesto fálico surgió en la Antigua Grecia. El antropólogo Desmond Morris sugiere que podría tener su origen mucho antes.
Según el Dr. Morris, los monos ardilla saben hacer este tipo de gestos con las manos e incluso con el pene erecto. “Es una de las ofensas más antiguas que se conocen”, dice el antropólogo, que también lo cataloga como un gesto muy primitivo.
En España lo llamamos “hacer la peineta”
Este gesto ha trascendido a lo largo de los siglos y ha traspasado todas las fronteras. En España lo conocemos como “hacer una peineta”. Incluso aparece en la RAE como un gesto de significado obsceno y ofensivo.
Su nombre formal, sin embargo, es higa y en España tenemos lo que se conoce como “higa mediterránea”. En este caso se hace introduciendo el dedo pulgar entre los dedos índice y corazón.
Sin duda, la historia de enseñar el dedo corazón es mucho más interesante de lo que pensábamos. Los griegos no sabían que ese gesto sería repetido hasta nuestros días por deportistas, famosos e incluso políticos. ¿Quién no ha hecho una peineta alguna vez?
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