Terelu Campos recibe un ultimátum de parte de Gustavo, chófer de María Teresa Campos

Terelu Campos  sigue centrada en su nueva etapa en Estados Unidos, sin embargo queda claro que hay problemas que no ha conseguido dejar atrás.

Y uno de ellos está relacionado con el chófer de su madre, Gustavo, que hasta hace un tiempo era uno más de la familia.

Sin embargo, las circustancias han llevado a que ni Terelu ni su hermana  Carmen Borrego puedan confiar en él, motivo por el que han llegado a tener fuertes broncas que no han acabado nada bien.

De hecho, recientemente Gustavo se ha lamentado por los palos que las hijas de María Teresa Campos "le ponen en las ruedas, dificultando la realización de su trabajo con total dedicación, algo que le ha desgastado emocionalmente".

Las tensiones entre el chófer y las Campos habrían escalado hasta tal punto, que ya ni se comunica con ellas. Es más, si actualmente mantienen algún tipo de relación es por el bien de la matriarca del clan, a la que le afectaría mucho perder mucho a una figura que considera casi como otro hijo.

Hace tiempo que incluso dejaron de intercambiar palabras o mensajes, y evitan a toda costa cruzarse cada vez que Terelu o Carmen visitan a su madre.

El origen de la bronca se encontraría principalmente en el hecho de que el chófer habría estado incumpliendo las órdenes de las hermanas, que no permiten que la veterana periodista reciba visitas que puedan alterarla.

Terelu Campos, contra las cuerdas por culpa del chófer de su madre

Sin embargo, Gustavo no habría hecho caso de las advertencias y habría permitido que hace unos días recibiera la visita de Yusan Hacha, el director de muchos de sus programas. Una visita que resultó "casual, corta, y bastante sentimental", pero que no hizo ninguna gracia a las Campos. 

Por otro lado, si Gustavo ha permanecido en silencio todo este tiempo y no ha dejado el trabajo, es por el cariño y la lealtad que le tiene a María Teresa, que cada día está más delicada.

Mientras que a Terelu Campos, que actualmente se encuentra en Estados Unidos, no le está resultando nada fácil lidiar con todo esto. 

"Quiero deciros que es algo que estamos haciendo con muchísima emoción y sabiendo que iba a ser el rodaje más duro de nuestra vida", reconocía hace poco. 

Y es que los horarios de grabación son realmente extenuantes, una experiencia que ella misma define como 'agotadora', ya que ha llegado a pasar hasta 24 horas seguidas sin dormir.

"Cuando ya creía que había superado el agotamiento me di cuenta al día siguiente que estuvimos 24 horas sin parar. Me levanté a las cinco de la mañana y me acosté a la misma hora. ¡Ostras, esto es más difícil de lo que pensaba!", ha relatado en su blog de Lecturas.