El regalo con el que la reina Sofía humilló a Letizia nada más conocerse
La reina Sofía dejaba alucinada a su nuera Letizia con el primer regalo que le hizo durante su primera Navidad en la Zarzuela
No es ningún secreto que la relación entre la reina Letizia y su suegra, Doña Sofía, nunca ha sido la mejor. De hecho, ha habido desplantes en público que a nadie le han pasado desapercibidos.
Jamás olvidaremos aquella escena frente a la catedral de Palma cuando Letizia impedía a la fuerza y de mala manera que la reina Sofía se hiciera una foto con sus nietas.
Desde entonces, han hecho todo lo posible por aparentar cierta unión y cordialidad dentro de la familia, aunque no lo han conseguido.
A día de hoy, muchos siguen preguntándose respecto a cuál es el motivo de esa tensión entre ambas, y para descubrirlo tendremos que remontarnos casi a los inicios.
Concretamente, a las primeras navidades que Letizia pasó en la Zarzuela, según explica Pilar Eyre en su blog de Lecturas.
Ahí la emérita tuvo un gesto con su nuera que ella todavía no le ha perdonado. Letizia era casi una recién llegada dentro de la familia y no tenía ni idea de lo que podía encontrarse.
Cabe destacar que a la reina Sofía siempre le ha encantado ir de compras y hacer los mejores regalos a sus seres queridos. De hecho, ponía una particular atención a la hora preparar los obsequios en fechas tan señaladas.
El primer regalo que Letizia recibió de la reina Sofía
"La reina era capaz de llegar la primera a los almacenes Harrods y salir la última, y así varios días", asegura Eyre. Sin embargo, parece ser que no consiguió acertar con su nuera Letizia, que se quedaba "estupefacta" con el regalo que le hizo y con el que incluso llegó a sentirse humillada.
"Eran regalos sencillos que algunas veces sumían al obsequiado en la más profunda estupefacción, como Letizia, el primer año, cuando recibió un pijama de franela muy feo, de vieja, y no supo qué decir", cuenta la periodista en su blog.
Además, Letizia también se llevaba una desagradable sorpresa con su familia política tras descubrir la forma que tenían ellos de gestionar los conflictos.
"Mientras ella estaba acostumbrada a discutirlo todo, a veces incluso a gritos, los Borbones llevaban sus penas en silencio", desvela Pilar Eyre.
Además, el rey Juan Carlos no tenía problema alguno en escaparse con su amante y ausentarse durante las cenas familiares.
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