Desaparecido, se va del Barça por la puerta de atrás en enero: Fermín López, culpable
Es el tercer jugador menos utilizado por el técnico culé
Hansi Flick se ha proclamado de forma involuntaria en el convertidor oficial de jóvenes promesas en realidades de prestigio. Son muchos los chavales que son ya imprescindibles en los esquemas del míster teutón. Algunos de ellos comenzaron su andadura en la élite con un Xavi que de otra cosa no, pero de confianza en los zagales iba sobrado.
Todos ellos, como Pau Cubarsí o Lamine Yamal como casos más destacados, han dado un pasito más con la custodia de Flick. A otros directamente los ha descubierto el técnico alemán, como Marc Casadó, quien se postula como el pivote culé de la próxima década en el Barça. Sea como sea, nunca puede considerarse un factor como real si no se cuenta con una excepción que confirme la regla. Y aunque Hansi ha sacado rédito de casi todos los jóvenes, con uno no ha sido capaz.
Es ya su segunda temporada en el primer equipo, a la que hay que sumarle otra de cesión en Girona, y Pablo Torre sigue sin ser capaz de ganarse la confianza de ningún entrenador. Sólo Ansu Fati y Pau Víctor han jugado menos minutos que él esta temporada, a excepción, evidentemente, de los lesionados durante todo este tiempo: Ronald Araújo y Andreas Christensen. Pablo Torre es, eso sí, el último en la lista de Flick para la medular, una situación que se ha tornado ya en casi insalvable y que empieza a preocupar al entorno del futbolista.
Si bien es cierto que algo de protagonismo, aunque ínfimo y efímero, dispuso en las primeras de competición, ahora todo aquello es historia. Incluso anotó 3 goles y repartió 1 asistencia en sus 5 primeros partidos disputados en LaLiga. Sin embargo, desde que Fermín López se recuperó de su lesión, Pablo Torre ha descendido un nivel más en trascendencia.
Pablo Torre, entre el sueño y la realidad
Lo cierto es que Pablo Torre sigue manteniendo vigente el sueño de poder triunfar en el Barça y sabe que para ello requiere de paciencia y de trabajo. No obstante, también es fundamental tener minutos sobre el verde para poder curtirse; y he ahí donde entra el problema. Con Flick difícilmente dispondrá de los minutos que demanda su evolución y por ello ya se está empezando a sospechar una nueva cesión en enero.
De primeras, Pablo Torre se ha mostrado reacio, según han informado varios medios, pero no se descarta en absoluto que termine cambiando de opinión si llega una oferta interesante. Eso sí, en todo caso, quiere volver a intentarlo con el Barça en verano, por lo que no aceptaría un traspaso ahora en invierno. Está claro, pues, que a cabezonería nadie le gana nadie a Pablo Torre.
Además, para el próximo verano se asoma en el horizonte un Europeo Sub21 al que a Pablo Torre le gustaría acudir. Para ello, evidentemente, necesita tener mucha más presencia en los terrenos de juego, pues en La Rojita también dispone de alta competencia. Estar otros seis meses en esta especie de ostracismo no le beneficia en absoluto.
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