Mary de Dinamarca vivió algo en los Juegos Olímpicos que no consigue olvidar
Mary de Dinamarca vio cambiar su vida, de forma inesperada y por sorpresa, por unos Juegos Olímpicos
Con el inicio de las Olimpiadas de París, Mary de Dinamarca ha vuelto a evocar uno de los momentos más especiales de su vida. Este recuerdo, que permanece imborrable en su memoria, se remonta a los Juegos Olímpicos de Sídney en el año 2000.
Fue durante ese evento internacional, en su Australia natal, donde la entonces Mary Donaldson conoció al hombre que cambiaría su vida para siempre. Sí, el príncipe heredero Federico de Dinamarca, que hoy es su marido y que ya ejerce como rey.
Mary de Dinamarca: su recuerdo más especial de unos Juegos Olímpicos
Durante el transcurso de los Juegos Olímpicos de Sídney, Mary asistió a una cena organizada por varios amigos en un pub. Entre los asistentes a esta reunión se encontraba el príncipe Federico de Dinamarca, junto con el actual rey de España, Felipe VI. Fue en esta velada donde las vidas de la australiana y de su actual esposo se cruzaron por primera vez.
Desde el primer momento, el danés quedó cautivado por ella. De ahí que no dudó en desplegar todo su encanto y carisma para conquistarla.
El flechazo entre Mary y Federico fue instantáneo, pero su relación tuvo que superar la barrera de los miles de kilómetros que les separaban. Al principio, se comunicaban principalmente a través de correos electrónicos y llamadas telefónicas. Este amor a distancia no hizo más que fortalecer su vínculo, llevándolos a planificar escapadas y encuentros en diferentes partes del mundo.
Con el tiempo, su relación se consolidó. Tanto que ambos se dieron cuenta de que querían un futuro juntos.
El traslado de Mary de Dinamarca: una apuesta por el amor
Decidida a estar junto a su amado, Mary tomó la valiente decisión de mudarse a Dinamarca. Este cambio no fue fácil. No lo fue porque tuvo que adaptarse a una nueva cultura y enfrentar la presión de formar parte de la familia real danesa.
Además, inicialmente, ella no contó con el apoyo total de su suegra, la reina Margarita, lo que añadió una capa de dificultad a su integración. Sin embargo, su amor por Federico y su determinación la ayudaron a superar estos obstáculos.
Aunque fueron muchos los contratiempos que encontraron en el camino, Mary y él demostraron que su amor podía superar cualquier barrera. Así, en 2004, se casaron en una ceremonia que atrajo la atención de todos, marcando el inicio de una nueva era para la monarquía. Una boda en la que, entre otras cosas, llamaron la atención las lágrimas del entonces príncipe.
Desde entonces, Mary de Dinamarca, con gracia y dedicación, se ha ganado el cariño y respeto de su familia política. Y también, por supuesto, del pueblo danés.
La sombra de la infidelidad
En los últimos tiempos, el matrimonio entre Mary de Dinamarca y Federico, sin embargo, se ha visto empañado por rumores de infidelidad de él. Se ha especulado que el ahora rey tuvo un romance con Genoveva Casanova, tras salir a la luz pública unas imágenes de ambos juntos.
A pesar de estas especulaciones, la pareja ha mostrado una imagen de unidad y compromiso en la esfera pública. Lo que no sabemos es realmente qué ha sucedido en el ámbito privado entre ellos.
Sea como sea, Mary de Dinamarca continúa ejerciendo su papel clave en la familia real. Su trabajo en diversas causas sociales, su participación activa en eventos oficiales y su carisma han contribuido a fortalecer la imagen de la monarquía danesa.
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