‘Hay esperanza’: El aviso de Tomàs Molina sobre lo que podría pasar la próxima semana
Tomàs Molina enseña un mapa de previsión del tiempo que podría cambiar la realidad hídrica de Cataluña
La esperanza es lo último que se pierde. O eso dicen. Así que el meteorólogo de TV3, Tomàs Molina, confía en que las predicciones de sus mapas se hagan realidad.
No suele verse una previsión a más de una semana vista. El tiempo es muy variable y lo que hoy pueden ser nubes, mañana puede convertirse en un sol radiante. O viceversa.
Por lo que hablar de una hipotética previsión meteorológica para finales de la semana que viene es, como mínimo, un atrevimiento. Pero Molina, preguntado de forma insistente en el programa Planta Baixa, ha dejado ver un mapa que nunca enseña: el de una previsión a largo plazo.
Un mapa en el que puede verse un halo de esperanza para la situación hídrica de Cataluña.
Tomàs Molina pone sus esperanzas en una borrasca llegada de Grecia
Concretamente, a finales de la semana que viene, podría aterrizar en Cataluña una borrasca llegada de Grecia. Suena raro, pero si es verdad, será maravilloso.
Será entonces cuando podrán dejarse ver en el cielo algunas nubes que, con un poco de suerte, suelten agua. La previsión de Molina tampoco ha sido de lluvias torrenciales.
Aunque dada la situación actual, cualquier gota sería ya una buena noticia. Sin poder detallar más, Molina solo recomienda esperar y ver si se hace realidad o no la previsión. Que, en el fondo, todo el mundo desea.
De momento, este fin de semana será climatológicamente placentero. El sol seguirá reinando en la mayoría de los municipios y se recibirá el mes de febrero con unas temperaturas de primavera.
Tomàs Molina asegura que se seguirá con buenas temperaturas
Para principios de la semana que viene no se esperan grandes cambios y, hasta la supuesta llegada de la borrasca, todo seguirá igual. Esta situación encaja perfectamente con la situación de emergencia hídrica actual.
No llueve y los embalses están bajo mínimos. Por ello, el Govern ha anunciado que este jueves 1 de febrero decretará la emergencia por sequía.
Y todo después de que los embalses del sistema Ter-Llobregat hayan descendido por debajo del umbral hídrico de los 100 hm³. Una decisión y situación que no gusta a nadie, pero que es necesaria para prevenir males mayores.
Ahora solo cabe esperar a que el mapa de Molina sea más real que nunca. Y que llueva. De una vez por todas.
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