¿Qué son los peajes urbanos y cuándo se van a implantar en España?

Este martes, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de la Ley de Movilidad Sostenible. Entre otras cosas, esta ley permitirá por primera vez a los ayuntamientos españoles aplicar peajes a las entradas de sus municipios.

Se trata de peajes a las entradas de sus Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), una idea que ya se aplica en ciudades como Londres. En la capital del Reino Unido, los conductores que quieren circular por el centro tienen que pagar una tarifa.

Según ha insistido el ministro de Transporte, Óscar Puente, la ley en sí "no obliga" a crear este tipo de peajes. Ahora bien, "serán los municipios los que deciden si implantan o no el sistema", asegura Puente. Con todo, teniendo en cuenta los déficits en las cuentas de muchas urbes de nuestro país, un nuevo ingreso a través de los peajes será más que bienvenido.

¿Qué son los peajes urbanos y cómo se van a pagar?

Los peajes urbanos son un tipo de tarifa que las ciudades pueden implementar para limitar el acceso de los coches a una determinada zona. Su funcionamiento es bastante similar al de los peajes que todos conocemos en autovías y autopistas. En el caso de España, los ayuntamientos podrán alegar causas medioambientales para restringir el tráfico o limitar el acceso de los coches a algunas zonas.

Las ciudades que decidan aplicar este tipo de tasas podrían aprovechar el perímetro de las Zonas de Bajas Emisiones, que muchas ya tienen previsto aplicar. "La ley es un marco que permite a los ayuntamientos establecer peajes en sus términos municipales", ha insistido el ministro Óscar Puente.

¿Qué ciudades podrían aplicar peajes urbanos?

En este sentido, ha destacado que se trata de una posibilidad que muchos alcaldes y ayuntamientos reclamaban. Sea como sea, la normativa "habilita, no obliga", asegura el ministro. De momento, el proyecto de ley tiene por delante el trámite legislativo.

Si lo supera, habrá que ver si las ciudades deciden aplicar este tipo de peajes en sus términos, pese a su impopularidad. Todo apunta que, si esta posibilidad se convierte en una realidad, grandes urbes como Madrid o Barcelona podrían ser las primeras en cobrar estas tasas.