Montaje Roscón de Reyes y círculo con anillos
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El pueblo de Cataluña donde han escondido 4.500 euros en joyas en el Roscón de Reyes

La iniciativa tiene como objetivo incentivar el consumo del Roscón de Reyes artesanal en detrimento del industrial vendido en supermercados

Dar un mordisco a un Roscón de Reyes y encontrarte algo duro es lo habitual. Según la tradición, si aquello a lo que le has hincado el diente es la figurita, te coronas como el rey, pero, si es el haba, te va a tocar pagar. ¿Pero qué ocurriría si lo que te encontrases fuese una joya de oro valorada en 650 euros? Eso es lo que pensó Gena Moner, joyera en el municipio de Vilafranca del Penedés, que sin duda alguna se lo ha tomado muy en serio.

Diez piezas de oro en total escondidas en diez roscones. Concretamente, cinco anillos de 650 euros cada uno y cinco pulseras de 250 euros, que suman un total de 4.500 euros escondidos.

Esta no es la primera vez que pastelerías y joyerías colaboran en los últimos años para esconder algo más que figuritas y habas en el Roscón de Reyes. No obstante, la propuesta es de las más atrevidas hasta la fecha.

El objetivo es incentivar la compra del Roscón de Reyes artesanal

Por ese motivo, Moner decidió proponerlo a las cinco pastelerías locales de la capital del Alto Penedés, la pastelería Galí, Bertran, Parés, Rius y Trens. El objetivo tras esta iniciativa es el de incentivar la compra de este tradicional producto en las pastelerías locales de toda la vida.

Ya sea por facilidad o un mejor precio, el producto industrial de los supermercados ha ganado terreno en los últimos años y ha dejado a un lado la obra artesanal. Es por eso que actos como este, aparte de dar una gran sorpresa al afortunado, también tienen un efecto positivo en el comercio local.

Entre las cinco pastelerías tienen previsto vender un total de 5.000 roscones de Reyes entre el 5 y el 6 de enero. No obstante, desde que se empezó a correr la voz de esta acción el pasado mes de diciembre, la lista de encargos ya está desbordada. Por lo tanto, es posible que quien decida en Vilafranca del Penedès ir a última hora a por un roscón se quede sin él y, además, sin el tesoro que esconden.

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