La razón por la que hay tantas palomas en Barcelona
En 1929, un jefe de ceremonias del Ayuntamiento creyó que llenar la plaza Cataluña de palomas daría un toque único a la ciudad
Es uno de los clásicos de plaza Cataluña. Como el Cafè Zurich o mítica Casa Pich i Pon de Puig i Cadafalch. Las palomas se han convertido en un elemento más de la céntrica plaza barcelonesa.
Pero hay un problema. Hay demasiadas. Cruzar la plaza Cataluña de punta a punta se ha convertido en una odisea. Y la causa la encontramos en la exagerada afluencia de palomas que se concentran en ella.
Y para encontrar el por qué de este desmesurado aflujo de palomas nos tenemos que remontar casi cien años atrás. Fue en 1929 cuando un jefe de ceremonias del Ayuntamiento creyó que llenar la plaza de palomas sería una buena idea. Creyó, según su punto de vista, que la convertirían en algo único. En un elemento distinguido más de la capital catalana.
Pues bien, ha acabado siendo así.
El por qué de tantas palomas
En 1929 se celebró la Exposición Internacional. Aprovechando la llegada del evento a la capital catalana, Manuel Ribé, jefe de ceremonias del Ayuntamiento, se sacó una idea que perduraría en el tiempo: llenar la plaza Cataluña de palomas. Eso, creyó, otorgaría a la plaza un hecho distinguido y atemporal.
El por qué de la decisión lo encontramos también en la afición que había por las palomas a finales del siglo XIX. Era muy habitual verlas en las terrazas particulares, pero no tanto en espacios públicos.
Por lo que Ribé pensó que su idea daría un toque diferencial a la ciudad.
Del parque de la Ciutadella a plaza Cataluña
El plan era claro. En Barcelona ya había palomas, pero su afluencia —ni mucho menos— era la actual. Muchas de estas aves se concentraban en el parque de la Ciutadella.
Allí, Ribé sabía que dichas aves tenían una especie de 'devoción' por el sargento de la Urbana, Félix Torrubia. Y es que, según comprobó, las palomas le seguían cuando iba a la Ciutadella. Si iba vestido de uniforme, las palomas seguían su pista cuando daba de comer a los caballos que la Urbana tenía en el parque.
Así que Ribé le encomendó una misión: ir de la Ciutadella hasta plaza Cataluña lanzando comida. El plan era claro: uniforme, comida y una ruta hacia el céntrico emplazamiento.
Se explica así el por qué de tanta paloma en el espacio. Ribé creyó que su idea perduraría y el tiempo le ha dado la razón. ¿El problema? Que a partir de plaza Cataluña, dichas aves se empezaron a repartir por toda la ciudad condal. Hoy representan una de las muchas plagas que hay en Barcelona.
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