Montaje de una persona amasando pan, aguacates, pescaderia pixelada, un emoji triste y una bandera de Cataluña

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El negocio tradicional que no levanta cabeza en Cataluña: ni panaderías ni fruterías

Ir a la pescadería es cada vez más menos común, porque la población opta por comprar menos productos frescos

Las pescaderías no pasan por un buen momento. Hace algunas décadas ir a la pescadería era una práctica habitual. Hoy en día la realidad ha cambiado, dejando a estos negocios tradicionales en un segundo plano.

Ir a la pescadería se sustituye por comprar congelado y priorizar otro tipo de alimentos de origen animal. Un proyecto realizado por investigadores del CSIC revela una preocupante disminución del 23,8% en el número de pescaderías en Cataluña. Y se trata de datos recogidos durante un período de seis años: entre 2016 y 2021.

El informe atribuye esta tendencia a la caída del consumo de pescado fresco. Así como por la situación económica y cambios en los hábitos alimentarios de la población. Destacan que en 2021 solo quedaban 1.473 pescaderías, con la mayoría ubicadas en grandes ciudades catalanas.

La comarca del Barcelonés concentra más de un tercio de pescaderías. Sin embargo, la mayoría de las pescaderías restantes son de tamaño pequeño, con un promedio de 26 metros cuadrados.

La tradición de comprar en la pescadería, cada vez menos común

Detrás de estas pescaderías operan hasta 1.115 empresas. Aunque sugieren que este número de pescaderías podría ser excesivo debido a la inactividad de algunas de ellas.

Según datos recopilados, una muestra aleatoria de 70 empresas revela una facturación media de las pescaderías de 489.273 euros. Siendo la mayoría micropymes con entre tres y cuatro trabajadores.

El informe también confirma una disminución continua en el consumo de este alimento fresco y marisco. Excepto por un repunte en 2020 debido a cambios en los hábitos alimentarios durante la pandemia. Aun así, esta tendencia a la baja se ha reanudado en los últimos tres años.

Las pescaderías, en plena crisis

Además del factor económico, se señala que las pescaderías están perdiendo cuota de mercado frente a las grandes superficies. También que el consumo de frescos está siendo reemplazado por opciones congeladas. Este fenómeno no se limita a Cataluña, sino que afecta a todo el país, según datos de Fedepesca.

El presidente del Gremio de Pescaderías, Álex Goñi, expresa su preocupación en On Economía por la desaparición de las pescaderías. Explica que no solo afecta a la gastronomía, sino también a la salud de los ciudadanos. Los consumidores están optando por proteínas animales más baratas, lo que refleja un cambio significativo en los hábitos de consumo.

Ya no se compra en pescaderías

Los autores del estudio, Miquel Ortega y Marta Coll, destacan la importancia de valorar el factor de proximidad en la comercialización de productos del Mediterráneo. Señalan que el desconocimiento de las especies por parte de los clientes y el precio son barreras importantes para promover el consumo local.

En resumen, el informe subraya la necesidad de políticas y estrategias que apoyen la supervivencia de las pescaderías. Así como que promuevan el consumo de pescado fresco, especialmente aquellos de proximidad, como parte de una dieta saludable y sostenible.