El vídeo de la detención de un marroquí que refleja lo que está pasando en Barcelona

Barcelona se ha convertido en una ciudad sin ley donde las bandas de ladrones actúan con total impunidad. Una muestra de la creciente inseguridad en la ciudad condal es el vídeo de la detención de un marroquí que quería robarle el móvil a una chica. Las imágenes corren por las redes sociales, y son un fiel reflejo de la degradación de Barcelona y la inseguridad cotidiana que tienen que sufrir los vecinos.

El protagonista del vídeo es un marroquí que fue cazado in fraganti mientras intentaba robarle el móvil a una chica con violencia. Un transeúnte retiene al ladrón a la espera de que llegue la policía. El delincuente intenta dar lástima en el suelo, diciendo que vive en la calle, y pide perdón a la chica, que visiblemente nerviosa le grita “ponte a trabajar como hacemos todos”.

La víctima relata que el delincuente pertenece a una banda organizada de ladrones en patinete que roban móviles y los almacenan en un piso de La Florida, en L’Hospitalet, para venderlos. El ladrón intenta zafarse para huir, mientras la policía se demora en llegar. “Para multitas sí que están, pero cuando los necesitas no vienen”, dicen nerviosos los presentes, con la tensión en aumento.

Algunos de los espectadores de la escena se ponen de parte del ladrón, diciendo a quienes lo retienen que no le hagan daño. El ladrón lloriquea, pero cuando llega la policía suelta toda la rabia con insultos y amenazas a los que le han cazado. “No le va a pasar nada, mañana en la calle”, dice resignada la víctima, a lo que otra señora responde “que lo manden a su país”.

La lacra de los multirreincidentes

Las redes sociales han estallado, con personas que no entiende “para que queremos a gente así en nuestro país, ¿para atemorizarnos y estar sumisos a ellos?”. Hay un clamor pidiendo la deportación inmediata de los delincuentes. También lamentan el imparable proceso de degradación que sufre Barcelona, donde hay barrios enteros tomados por la delincuencia y el incivismo.

Los datos oficiales demuestran que la mayoría de los delitos cometidos en Barcelona son cometidos por un número relativamente reducido de personas. Es decir, que abunda la multirreincidencia, delincuentes que salen a la calle cuando son detenidos y se sienten con impunidad para volver a actuar porque saben que no les pasará nada. Una problemática a la que el gobierno catalán y el ayuntamiento de Barcelona no se quieren enfrentar.