Capturas de pantalla de Twitter
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Imágenes de la última pelea en el metro de BCN: aplausos para el vigilante

La seguridad tuvo que disuadir la enésima pelea entre extranjeros en los andenes de la Línea 1

El metro de Barcelona es el fiel reflejo de la degradación de la ciudad, donde los hurtos, las peleas y las agresiones se han convertido en algo normal. Los pasajeros de la línea L1, una de las más conflictivas, han sido testigos de una pelea que ha tenido que ser disuadida por los vigilantes de seguridad. Un testigo grabó la escena con su teléfono móvil y la subió a las redes sociales, mostrando así la situación límite en la que se encuentra el transporte público.

Las imágenes fueron captadas en la estación de Santa Eulalia de L’Hospitalet, en la Línea 1 del metro de Barcelona. Los vigilantes de seguridad tuvieron que intervenir en una pelea entre extranjeros, que dejó el andén inutilizado durante unos minutos. En el vídeo se ve a dos vigilantes separando a al menos cuatro personas que, por motivos que se desconocen, se habían enzarzado en una trifulca.

Los usuarios de Twitter lamentan el estado de degradación en el que se encuentra la ciudad y el metro de Barcelona. Todos los días miles de pasajeros que cogen este transporte sufren situaciones desagradables de incivismo e inseguridad. Algo ha llamado la atención en este vídeo, y es la actitud de uno de los vigilantes que ha sido muy aplaudido por su dureza y determinación.

La difícil situación de los vigilantes de seguridad

Los vigilantes de seguridad llevan tiempo pidiendo mejoras laborales y más recursos para hacer frente al aumento de la inseguridad. En este caso, el vigilante de seguridad se emplea a fondo contra los protagonistas de la pelea, algo que ha sido muy aplaudido en las redes sociales. “Grande el vigilante, ídolo máximo, los pone a todos en fila”, afirman, y aseguran que hay otros vídeos de él actuando de forma expeditiva.

“Basta de contemplaciones con los delincuentes”, dice uno de los comentarios al vídeo. No ha pasado por alto el detalle de que el vigilante en cuestión es de color, motivo por el cual, dicen, “a este no le podrán acusar de racista”. Los comentarios en la publicación demuestra que el debate de la inseguridad está en la calle y que hay un hartazgo por los conflictos diarios a los que se tienen que enfrentar los ciudadanos, sobre todo en los barrios más humildes.

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