Francisco, el cura que agredió sexualmente a varias mujeres en Málaga

A principios del mes de septiembre, el sacerdote Francisco Javier Cuenca, de 34 años, fue detenido por abusar sexualmente de mujeres a las que había sedado antes. La investigación se inició tiempo atrás cuando una mujer de Melilla, que aseguraba ser su pareja, le denunció. 

Al parecer, la relación de esta mujer con el sacerdote era pública y notoria. Esto hizo que el Obispado de Málaga decidiese trasladarlo para que reflexionase sobre su futuro, aunque seguía recibiendo eucaristías en Yunquera y El Burgo. 

El disco duro del sacerdote, la prueba principal

En diciembre del año pasado, la novia del “padre Fran” en Melilla, encontró un disco duro perteneciente al sacerdote. La mujer lo conectó para ver si tenía alguna película, pero descubrió videos grabados con un móvil. Dichos videos se mostraban agresiones sexuales cometidas por el hombre. 

Cuando la mujer se los enseñó al que era su pareja sentimental, este respondió: “Esto es de mi vida anterior. Ya sabes que soy un golfo. Esto eran borracheras”. En enero, esta mujer acude al vicario de la Ciudad Autónoma de Melilla y le comenta lo que había encontrado. 

El vicario le recomienda denunciar los hechos a la policía. Tras eso, se cita con el padre Francisco y este le asegura que lo que hay en el disco duro son fotos de una despedida de soltero con penes en la cabeza. Aun así, reconoce tener una relación con la mujer que encontró el disco duro. 

La mujer, ante las amenazas de su pareja, se apresura a hacerse una copia de la mitad del disco duro, antes que el sacerdote se deshiciese de las pruebas. Al final, tras varias visitas al vicario, el 23 de agosto, la mujer pone la denuncia ante la UFAM de Melilla. 

El caso saltó a la UFAM de Madrid y empezó la revisión de las grabaciones. En las pruebas que entregó la pareja del cura, había cuatro carpetas con más de cien videos y fotos en las que abusa y viola hasta a cinco mujeres. En dichos videos, las mujeres aparecen dormidas o bajo los efectos de algún sedante y el párroco les realizaba todo tipo de prácticas sexuales.

Las víctimas compartían amistades con el padre Francisco

Tras el análisis del contenido del disco duro, la policía localizó a las cinco víctimas, que aseguraron no conocer la existencia de las grabaciones. Además, las víctimas no eran conscientes de haber sido víctimas de ningún delito sexual. 

Según ha podido saber la policía, los abusos fueron grabados por el cura entre 2017 y 2019 en diversos lugares, aprovechando viajes que se organizaban con un grupo de amigos. Fuentes cercanas a la investigación han contado a EFE que algunas de estas agresiones fueron efectuadas en una casa parroquial y en la propia casa del sacerdote. 

Los agentes no descartan que pueda haber más víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba, donde el sacerdote había residido y de donde eran algunas de las amistades del detenido. 

El hombre se ha negado a colaborar con la Policía Nacional tras su detención. 

Francisco Javier Cuenca era, además, hijo de una monja clarisa que durante años estuvo en Vélez-Málaga. La madre del detenido fue catequista hasta que este nació y empezó a trabajar como educadora en una guardería.