Cristina Bergua, la adolescente que desapareció cuando iba a dejar a su novio

El 9 de marzo de 1997, Cristina Bergua Vega, de 16 años, desapareció sin dejar rastro. Aquella tarde fue la última vez que sus padres la vieron. Han pasado 26 años desde entonces. Desde entonces el 9M se celebra el Día Nacional de los Desaparecidos Sin Causa Aparente. 

“Pitu, ¿hoy no sales?”, le preguntó Luisa Vera a su hija. “Si mamá, pero estoy esperando a que vosotros salgáis para arreglarme yo tranquilamente”, contestó Cristina. Juan y Luisa, los padres de la niña, no sabían con quién había quedado su hija. 

Juan y Luisa llegaron del paseo, pero Cristina no llegaba. A las 22:00 horas, empezaron a sonar las alarmas. “Cristina era muy responsable”, recuerda Luisa. La joven siempre avisaba si se iba a retrasar, pero aquel domingo no lo hizo. 

Juan Bergua se personó en la comisaria de la Guardia Civil, pero no la aceptaron de forma oficial. Y es que en aquel entonces había que esperar 48 horas para poner una denuncia por desaparición. 

La familia de Cristina empezó la búsqueda de la joven. Juan y Luisa, junto a Germán, el hermano de Cristina, salieron a la calle y empapelaron Cornellá con la cara de la Cristina. Empapelaron ocho kilómetros: De Cornellá a Esplugues de Llobregat, farola por farola. 

Al día siguiente, los medios de comunicación ya se habían hecho eco de la desaparición de Cristina. “Aquella misma noche el caso de Cristina Bergua ya salió en el programa de Paco Lobatón”, cuenta Luisa. 

El novio de Cristina, Javier Román, el principal sospechoso

Todo el mundo se volcó con la desaparición de Cristina, menos Javier Román, su novio, que era diez años mayor que era. 

Las amigas de Cristina, le contaron a los padres de la joven que Cristina les había contado que había quedado con Javi para romper su relación. 

“No era novio, novio. Siempre me dijo que no quería nada realmente con ese chico”, cuenta Luisa. Además, Cristina siempre le dijo que no tenía ningún tipo de proyección de futuro con Javi.

“Mamá, yo no quiero un futuro con él. Realmente voy a independizarme sola y vendré a por tuppers a casa y a que me laves la ropa”, bromeaba Cristina. 

Aquel domingo, Cristina se arregló, cogió doscientas pesetas, el carnet de identidad y fue a casa de Javier Román. 

Germán, el hermano de Cristina, fue a casa de Javier, a 500 metros de su casa, a preguntarle por su hermana. “Dijo que la había llevado a la carretera de Esplugues a las nueve de la noche. Que se despidieron ahí. Que no sabía más”, contaba Germán. 

La familia de Cristina asegura que el que fue novio de su hija nunca les ayudó en su búsqueda. Javier Román, que era el principal sospechoso de la investigación, intentó desviar la atención. 

Román aseguró que la búsqueda de Cristina era “una tontería todo el revuelo”. Y apuntó a una fuga voluntaria. “Salió sin nada, lo único que se llevó fue las llaves y el carnet. Las llaves, digo yo, ¿para qué las quería si no iba a volver?”, cuenta Luisa Vega.

La Policía Nacional nunca creyó a Javier Román. Lo interrogaron varias veces, pero siempre mantuvo la misma versión. Nunca dejaron de investigar a Román, pero no encontraron pistas para incriminarlo. 

Sabiendo que se encontraba en el punto de mira de la policía, Javier Román, se marchó a Santo Domingo. La policía y los medios descubrieron que antes de que Cristina y el sospechoso salieron juntos, una joven de 14 años contó lo que ella había vivido con él.

La chica, aseguró que había salido con Román y que su despedida no fue demasiado agradable. “Me amenazó con que me iba a hacer la vida imposible”, relataba. 

Las amigas de Cristina, a las que la joven se lo contaba todo, aseguraron que el joven se refería a ella con expresiones como “tú eres mía y haces lo que yo te mande”. Además, según el entorno de la menor, Cristina había aparecido con morados en la cara que les hacían sospechar que su pareja la maltrataba. 

Tras eso, meses después de la desaparición de Cristina, Javier Román entró a prisión por intentar traficar con más de tres quilos y medio de cocaína. Actualmente, Javier Román tiene 52 años y sigue viviendo en la casa donde vivía cuando mantenía una relación con Cristina. 

Inter-SOS, un homenaje a Cristina

Juan Bergua, juntamente con el padre de Llum Valls, una adolescente que apareció muerta poco después que Cristina, crearon Inter-SOS. 

Inter-SOS, creada en 1998, fue la primera asociación de desaparecidos que hubo en España. La asociación sacó los colores a las administraciones públicas que fueron incapaces de atender el desamparo de las familias de los desaparecidos. 

Con los años, familiares de otras personas desaparecidas tomaron el relevo de Bergua, que con el nacimiento de sus nietos decidió dar un paso atrás en la organización. 

Hace seis ños, la familia Bergua Vega solicitó que se declarase a su hija Cristina como fallecida. Pese a eso, y tras el mal rato que pasaron Juan y Luisa al firmar la petición, no han abandonado la lucha por saber qué le pasó a Cristina.