El caso de Olivia, la niña asesinada en Gijón, que recuerda al de Desirée Leal

Hace una semana, el Centro Penitenciario de Asturias aseguraba una de sus presas más mediáticas, Noemí Martínez, había aparecido muerta en prisión. 

La madrugada del 29 de octubre de 2022, Martínez acabó con la vida su hija Olivia, de tan solo 6 años. Según la autopsia, Olivia habría muerto tras ingerir una gran cantidad de barbitúricos que le habría administrado su madre. 

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Según la Fiscalía, Noemí y el padre de Olivia llevaban cinco años luchando por la custodia de la niña. Noemí, además, había puesto 28 denuncias falsas a su exmarido. 

Al parecer, el día antes del crimen, el juez otorgó la custodia de la pequeña al padre, que debía recoger a la niña el 30 de octubre. 

Aquella noche, Noemí se tumbó junto a Olivia y le administró “grandes cantidades” de lorazepam. En menor dosis, pero también con capacidad mortal, le dio a la niña, dekotoprofeno trometamol, conocido bajo el nombre de Enantyum. 

Todos estos barbitúricos se los administró en una taza de leche con cacao que Olivia se tomó después de la cena del sábado por la noche. La mañana del domingo 30 de octubre de 2022, Olivia apareció muerta en el domicilio de la avenida de Gaspar García Laviana. 

La autopsia de la niña reveló que no hubo ahogamiento, Olivia murió por la acción química de las pastillas que tomó. 

La mujer, que también había tomado pastillas, fue evacuada al hospital Jove de Gijón, donde fue detenida antes de ser trasladada al día siguiente a dependencias policiales.

Noemí Martínez convivió durante un día entero con el cadáver de la niña en el domicilio. Los investigadores apuntaron que la mujer le envió un mensaje a su hermano en el que aseguraba que “antes de entregársela a su padre, la mataba”. 

Y así fue. Noemí Martínez se encontraba en el Centro Penitenciario de Asturias en prisión provisional, comunicada y sin fianza cuando decidió acabar con su vida. 

Desirée Leal, el caso de Muimenta que recuerda al de Olivia

Tras el asesinato de Olivia, el mundo de la crónica negra volvió a recordar a Desirée Leal, la niña de Muimenta. 

Desirée Leal Sandamil, tenía 7 años cuando, el 3 de mayo de 2019, apareció muerta en la cama de su casa en Muimenta (Galicia). 

La primera en encontrar a Desirée fue su abuela materna, tal y como recoge el sumario de la causa. La abuela de la niña le aseguró a los sanitarios que había visto un bulto cubierto con un edredón y cuando acudió vio que la niña no respiraba. 

Desde el primer momento, los investigadores apuntaron a la madre de Desirée, Ana Sandamil, como principal sospechosa. Ana y su exmarido, José Manuel Leal, mantenian una disputa por la custodia de la niña en el momento del crimen. 

Una de las primeras personas en acudir al lugar de los hechos fue el padre de Sandamil, que avisó a su ex yerno de lo sucedido, ya que este se encontraba trabajando en A Coruña. 

El padre de Sandamil le contó a José Manuel que la niña se encontraba mal, y que debía acudir a la casa lo antes posible. Después la abuela de la niña, le contó el fatal final de la pequeña. 

Según recoge el sumario, mientras su madre llamaba al padre de la niña, Ana Sandamil se tomó diez pastillas de un antidepresivo trazodona. La madre de Sandamil, le pidió que las vomitase, por lo que le metió los dedos en la boca y finalmente vomitó. 

Por ello, la Guardia Civil se vio obligada a interrogar y a detener a la asesina de Desirée en el Hospital de Lugo. Allí, Ana Sandamil le dijo a su última pareja que quería acabar con su vida y había preparado una botella con pastillas, pero que la niña se las había tomado. “Se acabó, se acabó todo”, aseguró la asesina. 

Pese a eso, la autopsia de Desirée y los informes forenses acreditan que el en cuerpo de la niña se encontrasen cantidades mínimas de antidepresivos. 

En el informe preliminar de la autopsia se reveló que Desirée había fallecido a causa de una asfixia por compresión. Aunque no se especificó el objeto con el que se llevó a cabo la asfixia, se sospecha que pudo ser con la almohada con la que madre e hija dormían esa noche. 

Ana Sandamil fue enviada a prisión por un delito de homicidio. Además, la Fiscalía solicitó para la condenada, la prisión permanente revisable, siendo Sandamil una de las 30 personas que tienen esta condición en prisión en España.