El calvario que está sufriendo un barrio lleno de okupas: ‘Es imposible vivir así’
Los vecinos del barrio de Recimil (Ferrol) denuncian la situación que estan viviendo
El barrio de Recimil, en Ferrol (Galicia) se ha ido trasformando poco a poco en el mayor parque de vivienda pública de Galicia, y uno de los mayores de España. Y es que el deterioro de esta singular zona gallega que devora partidas millonarias, no puede revertir su situación, ni evitar con el principal problema del barrio: la okupación ilegal.
Esta zona cuenta con un gran parque de vivienda pública, donde las rentas antiguas oscilan entre los 3 y los 100 euros. Estas rentas tan bajas han hecho que muchas personas sin recursos se hayan asentado en el barrio. Pese a eso, el problema vino al cabo de los años, cuando muchas familias abandonaron sus casas para marcharse a lugares más tranquilos y dejaron muchas viviendas vacías.
En total, de las 1.006 viviendas con rentas bajas del barrio de Recimil, unas 50 están tapiadas. Otras tantas ya están ocupadas. Isabel Riveiro, presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio de Recimil, asegura que “los okupas se enteran antes que nosotros de que los pisos están vacíos, revientan la puerta y entran. Se hacen, incluso, con bloques enteros. Hay calles en las que ya hay más okupas que vecinos”.
Pese a eso, los vecinos son muy comprensivos con las situaciones de necesidad de muchos residentes del barrio, y le piden al Ayuntamiento de Ferrol que permita instalarse en la zona a quienes lo necesiten, pero su única condición es que sepan convivir.
Los vecinos permisivos con quien lo necesita
Ese es el caso de una vecina de este barrio de Ferrol, Noelia. En una entrevista a La Voz de Galicia, la joven aseguraba que se había criado en esas casas baratas, donde aún vivían su madre y su tía. En 2010, a la joven no le quedó más remedio que okupar una vivienda con su hijo pequeño, pero la desahuciaron. Desde entonces estuvo sin vivienda, hasta que en 2017 volvió a okupar otra vivienda. “Me vi en la obligación de hacer lo mismo otra vez”, comentaba
Pero esta vez, los vecinos del edificio donde vivía su padre le ofrecieron la oportunidad de entrar en una vivienda del bloque. “Los vecinos llevan ahí toda la vida y no querían que se metiera nadie desconocido, porque entran día sí y día también. Entonces, me la ofrecieron, me animé y lo hice, por necesidad”, relataba Noelia.
Pese a eso, y tras tener un contrato de luz y empadronar a su hijo en esa vivienda, volvió a ser desahuciada. Y es que por el estado del inmueble, le comunicaron que no podía vivir nadie en esa casa.
El incivismo, el mayor problema de los vecinos de Recimil
Aun así, y aunque haya casos como el de Noelia, los vecinos de Recimil, se quejan del incivismo de muchos ocupas. Los problemas derivados de la venta de drogas, las peleas y los ruidos hasta altas horas de la madrugada, son el foco de las quejas de los vecinos.
Cada noche sucede lo mismo: música muy alta, golpes y gritos; llaman a la policía, cuando llegan los agentes los okupas bajan el volumen, pero cuando se van, regresa la fiesta.
Y es que no solo lo sufren en sus viviendas, sino también en el mobiliario urbano. “Hace quince días ocuparon las aceras con piscinas de plástico para los niños, no se podía ni pasar por la calle”, se quejaba Riveiro.
Además, muchos bancos han desaparecido de su lugar asignado y han sido desplazados a otros espacios del barrio. “Los colocan donde a ellos les da la gana, debajo de una palmera donde no les dé el sol, o donde quieren. Hacen lo que quieren”, denuncian los vecinos del barrio gallego de Recimil.
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