Mujer con hiyab hablando frente a un micrófono de la emisora RAC1 con un fondo urbano desenfocado.
SUCESOS

El calvario de Fátima: secuestrada, torturada, amenazada y coaccionada por su exmarido

El juzgado ha dejado en libertad a sus presuntos captores y el abogado de la joven teme por su seguridad

La historia de una joven catalana de origen pakistaní y de nombre Fátima ha conmocionado a muchos.

Víctima de maltratos constante desde que se casó con 17 años con su primo, la joven barcelonesa, que ahora cuenta con 22 años, fue secuestrada el pasado mes de junio a manos de personas presuntamente vinculadas a su expareja, también de origen paquistaní.

Durante las 24 horas que estuvo secuestrada fue sometida a torturas y abandonada en una carretera. El Juzgado nº2 de Violencia sobre la Mujer ha dejado en libertad sin medidas cautelares a sus presuntos captores. Como es natural, Fátima tiene miedo. “Si salgo de casa, no sé si podré volver”, ha explicado ante los micrófonos de RAC1.

Ida a Pakistán y vuelta a Barcelona

La dura historia de Fátima viene de lejos. Como ha explicado ella misma a varios medios de comunicación, se casó con su primo de manera pactada - “no obligada”, dice ella - cuando contaba con 17 años. Después de ello, ambos se trasladaron a Pakistán y ahí empezó el calvario.

Una vea allí, su marido empezó a presentar dinámicas claramente posesivas y propias de un maltratador. "Al cabo de cuatro días cambió de repente. Decía que en Barcelona había estado con otros chicos, con quienes había tenido relaciones sexuales", ha explicado Fátima.

Esta actitud de celos llevó a su marido a negar que la hija que habían tenido juntos fuera suya. "Decía que la niña no era suya y que era de las relaciones previas que yo había tenido con otros hombres". Todo esto, añadido al hecho de que fue aislada de su familia tanto en Barcelona como en Pakistán, llevaron a Fátima a volver a Cataluña.

A pesar de todo, Fátima insiste en que "[yo]no quería divorciarme. Yo había insistido en casarme y tenía que aguantar. No quería decepcionar nadie". No lo entendió así su exmarido, que intensificó desde la distancia las actitudes tóxicas y posesivas.

“Mi pareja dijo que vendría, pero no lo hizo. A distancia siguieron las amenazas, los controles, los celos. Hablé con su padre que vivía en España y me dijo que debía tolerarlo, pero no pude”, ha explicado Fátima a El Periódico.

Acoso constante hasta ser secuestrada

Ya en España y con el apoyo de su familia, Fátima decidió divorciarse y eso fue el detonante de un acoso todavía mayor.

En octubre del año pasado, el exmarido se plantó en Barcelona para hacerle la vida imposible a ella y a su familia. Amenazas de muerte por parte de los primos del exmarido, de que iban a “llevarse a la niña” e incluso un intento de abuso sexual. Todo este calvario sirvió para que la justicia interpusiera una orden de alejamiento contra el maltratador.

Nuevamente, esta medida no fue un obstáculo para que cesara el acoso. Por el contrario, se intensificó hasta el punto de que grupos de 20 y 60 personas hostigaban el domicilio de la familia en el barrio del Raval. “Estaban allí para provocar y querían que reaccionase para atacarme”, explica la joven a El Periódico.

Fátima empezó entonces una odisea de denuncias y comisarias hasta que el día de San Juan, 24 de junio, fue secuestrada. Explica que sus captores le vendaron los ojos. Así mismo, asegura que hablaban en urdu y en inglés con su exmarido a través de videollamada, que indicaba el modo de ejercer las torturas. Al final, la dejaron malherida en una carretera de Vilafranca del Penedés después de enterarse de que la policía iba tras ellos. Se la encontró un camionero.

El juzgado ha dejado en libertad a los presuntos captores y torturadores, aunque por el momento hay tres imputados. El abogado de Fátima, el letrado Daniel Salvador, explica que “esta decisión judicial deja a Fátima en una situación terrible, hasta el punto de que, por su seguridad, debería salir España”.

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