Tres alimentos muy comunes en el desayuno y que como nutricionista no recomiendo

Hay muchos mitos relacionados con el desayuno, cuantos de vosotros no habréis oído en alguna ocasión “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo” o “Que el desayuno es la comida más importante del día”.

Pues siento romperos los esquemas, pero ninguno de los dos es cierto. Tenemos la costumbre de no dedicarle al desayuno el mismo tiempo que le dedicamos a las demás ingestas del día, y esto es un error.

Los 3 alimentos que no recomiendo para el desayuno

La falta de tiempo hace que recurramos a desayunar lo primero que pillemos en la despensa o en la nevera y siempre son alimentos ricos en azúcares, grasas saturadas y harinas refinadas. De todos ellos, hay tres que se repiten mucho y que deberías evitar a toda costa.

1. El zumo

El zumo de naranja por ejemplo, ni comercial ni casero. ¿Por qué? Pues bien, en consulta siempre tengo el mismo debate, ya que comer una naranja o tomar un zumo de naranja recién exprimido no tienen en el organismo el mismo efecto.

Cuando consumes una pieza de fruta, en este caso la naranja, estás consumiendo entre otras cosas, fibra. Esta hace que el azúcar intrínseco de la naranja se metabolice lentamente y de manera gradual.

En el caso del zumo, ocurre justo lo contrario, al no consumir la fibra (porque la estamos dejando junto con la pulpa en el exprimidor) el azúcar es absorbido de manera más rápida, lo que hace que se produzca un incremento de azúcar en sangre. Lo que lleva a una respuesta de insulina muy rápida, favoreciendo la aparición de diabetes y obesidad.

En cuanto a la saciedad, es mucho más saciante el proceso de la masticación que beber. Por lo tanto, no tendrás hambre otra vez a los 15 minutos. Por otro lado para hacernos un zumo de naranja necesitamos como mínimo 3 naranjas. De esta manera, estás ingiriendo el triple de azúcar y calorías y desperdiciando las demás propiedades que nos proporciona en este caso la naranja.

Quiero dejar claro que el azúcar presente en la fruta es azúcar "intrínseco", es decir, forma parte de ella de manera natural. Pero al exprimirla, haces que ese azúcar sea libre porque ya no está integrada en la matriz de la fruta y de este modo se comporte como el azúcar añadido de manera comercial.

2. Pan blanco

Otro de los alimentos que no aconsejo tomar es el pan blanco. La principal diferencia que existe, es que el pan blanco está elaborado con harina refinada, a este cereal se le extrae el germen y el salvado y por lo tanto estaríamos perdiendo gran parte de sus nutrientes y de la fibra.

La mejor opción siempre va a ser aquel pan que esté elaborado con harina 100% integral, ya que son de mayor calidad. ¿Por qué harina 100% integral? Porque está elaborado a través de la molienda del grano entero, es decir, no se separa ninguna de sus partes.

Contiene tanto el endospermo, el salvado y el germen, aprovechando de esta manera todos y cada uno de los nutrientes que nos aporta el cereal, como es la fibra algunas vitaminas del grupo B, E y minerales.

3. Bollería Industrial

El tercer alimento que como nutricionista no recomiendo es la bollería industrial en general. Es a lo que con mayor frecuencia recurrimos, ya sea por falta de tiempo o porque nos centramos en la cantidad de alimentos a ingerir en vez de la calidad nutricional que en realidad es lo importante.

Estos alimentos están compuestos por harinas refinadas, grasas vegetales y animales, altas cantidades de azúcares y sal, contienen aditivos, saborizantes y conservantes químicos.

En conclusión con un valor nutricional nulo y gran cantidad de calorías. El desayuno debe ser completo y equilibrado como las demás ingestas del día y es igual de importante que las demás.

Elige alimentos saludables que mejoren la salud y realmente nos aporten aquello que necesitamos. Comer por comer no es la solución.