Soy nutricionista y esto es lo que debes saber antes de comprar queso

El 27 de marzo se celebra el Día Mundial del Queso, con el fin de valorar la importancia de este producto tanto en la gastronomía como en el mundo rural. Y yo, como nutricionista, no podía dejar escapar esta oportunidad para hablar de uno de los alimentos más apreciados.

Como os decía, hay mucha gente amante del queso, que lo añaden en sus desayunos, sus meriendas, o incluso en comidas y cenas. Hay tiendas especializadas en queso, que es pasar por delante y ya puedes oler infinitas variedades de él.

Hay bares con las típicas tablas de queso, muchísimos platos y salsas que lo llevan, restaurantes especializados en fondue de queso… En fin, que es un producto muy usado en la gastronomía de muchísimos países.

Es importante saber si todos los quesos son iguales, qué ingredientes deben de llevar y cuáles podemos consumir de forma diaria o de forma ocasional. Pero antes de indagar en ello, voy a hablaros de este alimento desde mi perspectiva como nutricionista.

¿Qué es el queso y cuál es su valor nutricional?

La base del queso, como bien sabréis, es la leche. Esta puede ser de distinto origen: de vaca, cabra, oveja, búfala… Incluso hay culturas en las que encontramos quesos con leche de camella o de yegua.

A esta leche se le añade el cuajo, el cual hace que la leche coagule y se forme el bloque de queso. También se añade fermentos que hacen que el queso, valga la redundancia, fermente.

Si este es el único proceso del queso, encontramos los quesos frescos. En cambio, si estos se dejan madurar en cámaras, hablaríamos de quesos madurados o curados.

El queso es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, las cuales son más digeribles gracias al proceso de fermentación. Además contienen calcio, fósforo, zinc y vitaminas A, D y del complejo B.

Pero ojo, su contenido de grasa y sodio (sal) variará dependiendo del tipo de queso y de su proceso de elaboración. Esto hará que en un momento determinado nos decantemos por un queso u otro. Generalmente, cuanto más curado y fuerte sea un queso, más grasa y sal tendrá.

Y para aquellos intolerantes a la lactosa, debo de daros un mensaje de tranquilidad: la mayor parte de ella desaparece con la fermentación, aunque pueden contener una pequeña cantidad residual. La técnica fácil para saber si la contiene, es mirando en la tabla nutricional el contenido en azúcares (lactosa).

Clasificación de los quesos en función de su contenido en grasa

Porque como os decía, aparte de mirar que los ingredientes sean los propios de un queso y que no lleven aditivos, debemos fijarnos en su contenido de grasa.

Esta será la que dicte si es un queso que podemos comer de forma diaria o bien de forma ocasional. A continuación, os presento una clasificación de los quesos según su contenido de grasa por cada 100 gramos de producto.

Además de esto, es importante evitar ciertos productos de esta familia, como por ejemplo los quesos de untar, los quesos tipo “babybel” o las cremas sabor a queso.