Soy nutricionista y te voy a dar las 8 claves para identificar un ultraprocesado
Identificar qué alimentos son saludables y cuáles no puede ser difícil, por eso, como nutricionista, quiero ayudarte
Posiblemente sabréis y habréis escuchado que es esencial evitar los alimentos ultraprocesados para tener una nutrición adecuada y saludable. Hasta aquí todo bien.
¿Cuándo se complica? Cuando vamos a comprar. Hay alimentos que salta a la vista que son ultraprocesados, pero hay otros que de verdad tienes que ser el mismísimo Sherlock Holmes para averiguarlo.
Realmente, hay trucos para identificar rápidamente aquellos alimentos que no nos hacen ningún bien. Y antes de que haya espacio a confusión, la solución no es mirar las calorías del alimento.
Como siempre repito, no cuentes calorías, haz que las calorías cuenten. Porque si no, no comprarías nunca un aceite de oliva, por ejemplo, siendo un producto súper sano y para nada ultraprocesado.
8 claves que te doy como nutricionista para identificar alimentos ultraprocesados
Como nutricionista, mi deber es ayudar a los pacientes a seguir una alimentación variada y saludable. En este sentido, y en relación con el tema que estamos tratando, voy a compartirte las claves para detectar aquellos productos que debemos evitar: los famosos ultraprocesados.
1. Cuenta los ingredientes
Si el alimento en cuestión tiene una lista de ingredientes larga, en concreto más de tres, deberías de empezar a sospechar. Los ultraprocesados tienden a contener una gran cantidad de aditivos, conservantes y otros muchos ingredientes artificiales para mejorar el sabor, la textura, la durabilidad…
Un ejemplo fácil que se me viene a la mente: el pan de molde. ¿Os habéis fijado en la larguísima lista de ingredientes que tiene? ¿De verdad se necesitan tantos ingredientes para hacer un pan? Pista: no.
2. Aditivos y conservantes
Lee bien la lista de ingredientes para identificar aquellos que sean aditivos y conservantes. Algunos indicadores de que el alimento es ultraprocesado pueden ser palabras como “saborizantes artificiales”, “colorantes”, “potenciadores del sabor” o “conservantes”.
3. Azúcares ocultos
Aprende a distinguir aquellos ingredientes que no sean otra cosa más que azúcar. Recordad que puede aparecer bajo una gran variedad de nombres. Elimina aquellos a los que se les añade este endulzante.
4. Grasas y aceites
Presta atención a los tipos de grasas y aceites que se usan en el alimento. Normalmente, los alimentos ultraprocesados suelen contener grasas trans y aceites refinados poco saludables.
Posiblemente os suenen ingredientes como el aceite de palma, el aceite de girasol o el aceite de soja. Así pues, deberíamos de decantarnos por productos con aceites saludables como el aceite de oliva.
5. Falsas promesas nutricionales
Con esto no digo que estén mintiendo, pero si en un alimento veis afirmaciones como “bajo en grasa” o “sin azúcares añadidos”, posiblemente estén cargados de otros ingredientes poco saludables para compensar la falta de sabor o textura.
6. Valor nutricional
Como os decía, no hace falta que vayáis contando todas las calorías, pero no está de más que echéis un vistazo al contenido nutricional del producto.
Los ultraprocesados suelen ser alimentos altos en calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, además de ser bajos en fibra, vitaminas y minerales.
7. Procesamiento industrial
Normalmente, son alimentos sometidos a múltiples procesos industriales que pueden alterar su composición nutricional y su calidad. Si son alimentos que tú no podrías hacer en casa, posiblemente sea ultraprocesado.
8. Fíjate en su envase y presentación
De forma habitual, estos alimentos vienen envasados en envases llamativos y coloridos, especialmente diseñados para llamar la atención y atraer a los consumidores.
A menudo también, usan empaquetados con colores asociados a lo saludable, o añaden imágenes que pueden dar pie a confusión, haciendo creer que son más saludables.
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