Un hombre con gafas y chaqueta blanca hablando en un podio con micrófonos.
POLÍTICA

Joan Garriga (Vox) alimenta el debate sobre los inmigrantes y las ayudas en España

En 2023 se pagaron más de 39.000 pensiones no contributivas a extranjeros que no han cotizado

Uno de los desafíos que plantea la inmigración masiva en la sociedad española es el de la demografía y el equilibrio del estado del bienestar. Un tema polémico, porque la izquierda defiende que la acogida de inmigrantes es positiva porque aumenta el número de contribuyentes para, por ejemplo, pagar las pensiones. Sin embargo hay también sectores que ponen en duda estos supuestos beneficios con datos encima de la mesa.

Transeúntes inmigrantes en una céntrica calle de Barcelona andando de espaldas a la cámara

El diputado de Vox en Cataluña Joan Garriga ha animado el debate aportando un dato que, cuanto menos, da que pensar: “En 2023 pagamos las pensiones a 39.215 extranjeros cuando nunca han cotizado en España”. Garriga añade que esto “no es serio”.

Efectivamente, según los datos disponibles del Imserso a fecha de 31 de diciembre de 2023, casi el 9% de las pensiones no contributivas fueron a parar a ciudadanos extranjeros. Se trata de 39.215 personas en total, de los cuales 8.381 son ciudadanos de la Unión Europea y 30.834 de terceros países.

Las pensiones no contributivas son asignaciones destinadas a ciudadanos en situación de jubilación o invalidez, o por razones de necesidad. Estas prestaciones pueden ir dirigidas a personas que no han cotizado o lo han hecho de manera insuficiente. 

En el caso de los inmigrantes, hay dos requisitos fundamentales: residir en España en los últimos diez años, entre los 17 años y la fecha de solicitud de la pensión, y estar en situación regular.

El debate de las pensiones y la inmigración

En su último informe, el Banco de España estableció que en los próximos treinta años harán falta 24 millones de trabajadores migrantes para mantener el sistema público de pensiones. Además, la izquierda ha defendido la regularización de medio millón de inmigrantes extranjeros, con el argumento de que aumentará la recaudación fiscal para oxigenar la maltrecha hucha de las pensiones.

El debate está abierto, pero la pregunta es si como asegura la izquierda los inmigrantes salvarán las pensiones en España.

Los inmigrantes que hoy están cotizando en la Seguridad Social todavía no se han jubilado. Por lo tanto todavía no han empezado a percibir las pensiones cuyo derecho han devengado con su cotización. Cuando estos inmigrantes se jubilen y empiecen a cobrar pensiones, el gasto de la Seguridad Social también aumentará.

Por lo tanto, el beneficio puede ser momentáneo pero a la larga perpetuará el déficit de las pensiones en la Seguridad Social. Como mucho, estos trabajadores inmigrantes ayudan a suavizar la situación actual de las pensiones, aunque no a revertirla.

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