Triunfo del deporte femenino: la nadadora trans Lia Thomas, se queda sin JJOO
Un tribunal deportivo ha desestimado su recurso contra el veto a participar en competiciones internacionales de élite
La irrupción de la ideología trans ha roto el movimiento feminista en dos. Hay un sector muy ruidoso que considera la batalla trans no solo como parte de la lucha feminista sino el motor de la guerra contra el patriarcado. Pero hay otro sector que considera que al relativizar el género se sustrae a las feministas su principal arma de combate, ya que el patriarcado se basa en la superioridad del género masculino sobre el femenino.
El campo donde mejor se visualiza esta disputa es el del deporte, donde hombres trans compiten en la categoría femenina para servirse de su superioridad física.
La polémica estalló en 2021 en torno al caso Lia Thomas, una nadadora transgénero de 22 años que causó un gran revuelo al pulverizar todos los récords en la categoría de mujeres. Un tribunal ha desestimado ahora la querella de Lia Thomas contra la decisión de no dejarla participar en competiciones internacionales de élite. Esto significa que se queda sin Juegos Olímpicos, lo cual supone una victoria para la lucha feminista.
Basta con observar este dato: Lia Thomas ostentaba el puesto 462 en el ránking de natación masculina, y el número 1 en el ránking femenino.
La decisión de la federación
La Universidad de Pensilvania informó en 2021 que Lia Thomas, nadadora trans, había batido todos los récords en varios estilos y acaparaba todos los podios. La reacción no se hizo esperar, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. La medallista olímpica Nancy Hoghsead-Makar apuntó directamente al problema al decir que “no es justo que las mujeres compitan con una nadadora trans” de la misma forma que “no fue justo competir contra alemanes dopados”.
Finalmente, la Federación Internacional de Natación prohibió la participación de atletas transexuales en competiciones femeninas de élite.
La federación solo puso como excepción aquellas nadadoras trans que hubieran completado la transición antes de los doce años. Además, contemplaba la creación de una categoría especial para atletas con una identidad de género distinta a la de su sexo asignado al nacer.
La decisión fue tomada por votación en el seno de una comisión integrada por médicos, juristas y deportistas. “La postura de la federación está basada en la ciencia y es integral e incluyente”, defendió la comisión, que además puso el acento en “la justicia competitiva”.
Varapalo para Lia Thomas
Pero Lia Thomas no se rindió y presentó una querella contra la federación en el tribunal de arbitraje deportivo. La nadadora pidió que las nuevas reglas fueran consideradas ilegales por contravenir la carta olímpica y de la propia federación.
Su intención era obtener una victoria judicial para participar en los Juegos Olímpicos de París que arrancan el próximo mes de julio.
Pero el tribunal ha sido claro al dar la razón a la federación, que lo considera “un gran paso adelante en nuestros esfuerzos para proteger el deporte femenino”. Desde ese punto de vista, han reivindicado su fomento de “la justicia, el respeto y la igualdad de oportunidades para los atletas de todos los géneros”.
La decisión sienta además un precedente importante, porque por primera vez un tribunal reconoce que los atletas trans conservan importantes ventajas físicas en resistencia, potencia, velocidad, fuerza y capacidad pulmonar. Y que lo hacen al atravesar la pubertad masculina, incluso habiéndose sometido a tratamientos hormonales.
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