Su detención: la última bala desesperada de Carles Puigdemont
Junts prepara un show para intentar que Salvador Illa no sea proclamado president de la Generalitat
Carles Puigdemont se está quedando sin tiempo ni alternativas para intentar evitar lo inevitable: que Salvador Illa sea proclamado nuevo president de la Generalitat.
Este jueves, a partir de las 10.00 horas, se iniciará el debate de investidura del candidato del PSC. Lo que debería ser prácticamente un acto protocolario -discursos, votaciones y un pleni de varias horas de duración-, va camino a convertirse en el último espectáculo protagonizado por Carles Puigdemont.
En estas horas previas al debate de investidura, la principal duda es si el líder de Junts cumplirá su promesa de volver a Cataluña. Y, si lo hace (porque nadie asegura que finalmente haga marcha atrás), cómo lo hará y qué consecuencias habrá, más allá de su más que probable detención.
Jordi Turull, secretario general de los juntaires, ya dijo ayer que el objetivo de todo del sainete era reventar la investidura de Salvador Illa. El plan de Junts es, en el caso que vuelva Puigdemont y sea detenido, pedir la suspensión del pleno al presidente del Parlament, el también juntaire Josep Rull. Si se acaba celebrando igualmente, ya advirtió que sus diputados no harían acto de presencia en el hemiciclo.
“El pleno no se puede celebrar con normalidad si falta un diputado”, aseguró. Pero claro, si Puigdemont es detenido, nadie sabe hasta cuándo lo estará. Por lo que, si se mantiene esta teoría que tienen en Junts, el pleno de investidura no podría celebrarse hasta que lo liberen. Y esto podría suceder perfectamente después del 26 de agosto, fecha límite en la que se convocarán nuevas elecciones si no se ha investido a Salvador Illa.
ERC podría dar su brazo a torcer y, aunque ya ha dicho que una eventual detención de Puigdemont no haría cambiar el sentido del voto de los republicanos en la investidura de Illa, sí que podrían acceder a que se suspendiera, por lo menos, la sesión de este jueves. Sin embargo, también han dejado claro que la investidura del líder del PSC no se podrá aplazar eternamente. Es decir, que no cuenten con ellos en su intención de reventar la investidura para forzar nuevas elecciones.
El espectáculo que tiene preparado Junts es la última bala que le queda a Puigdemont. Tras ser derrotado por el PSC en las pasadas elecciones, no sumar mayoría procesista y ni siquiera llegar a ningún acuerdo con ERC, al líder de Junts solo le queda este rocambolesco show para intentar forzar una repetición electoral. Un show, además, que pasaría por la entrada en prisión de Puigdemont tras casi siete años fugado. Es decir, acabaría siguiendo los mismos pasos que Oriol Junqueras, pero con seis años de retraso.
Todas estas intenciones evidencian la desesperación del líder juntaire. Una desesperación que, además, deja en evidencia su salud democrática. Tantos años defendiendo lo de que el Parlament “es la sede de la soberanía del pueblo catalán” y que “esto va de democracia” para acabar deslegitimando lo que la democracia y la soberanía del pueblo catalán, guste más o guste menos, han decidido: que Salvador Illa sea el próximo presidente de la Generalitat.
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