Plano medio de Carles Puigdemont con una media sonrisa aplaudiendo
POLÍTICA

Semana clave para un Carles Puigdemont que ya se prepara para incumplir otra promesa

La amnistía y su futuro político, en juego mientras siguen las negociaciones para la investidura

Este jueves, si no hay sorpresas, se aprobará la amnistía en el Congreso de los Diputados. Previsiblemente, será el viernes cuando la ley salga publicada en el BOE y, por lo tanto, la norma sobre el perdón de los delitos a los líderes procesistas iniciará su verdadera prueba de fuego.

Hasta ahora, el camino ha sido más o menos el esperado. Primera aprobación en el Congreso, el Senado lo tumba y otra vez la Cámara Baja da su ‘ok’ definitivo a la ley. Ahora empieza lo serio. Es decir, saber qué harán los jueces y si, tal y como vendieron socialistas y procesistas, la ley es tan robusta cómo creían.

Pedro Sánchez y Míriam Nogueras dándose la mano y mirándose fijamente

Mientras, en Cataluña siguen las negociaciones para investir al presidente de la Generalitat. Lo que salga de estas conversaciones marcará el futuro de la política catalana. Ya no solo por si hay fumata blanca o si tenemos que ir a repetición electoral. Depende del escenario en el que acabe todo, se abrirá un melón que en Junts se resisten a abrir: ¿qué pasa con el futuro de Carles Puigdemont?

Aumenta la presión para que Carles Puigdemont incumpla otra promesa

El líder de facto de Junts dejó claro que, si no consigue ser investido president, dejará la política activa. Ahora, tras el escenario del 12-M, parece extremadamente complicado que pueda conseguir los votos necesarios para volver a la Generalitat. Por lo tanto, Carles Puigdemont debería dejar la política activa, tal y como dijo. ¿O no?

Cada vez suena con más fuerza la posibilidad de que Carles Puigdemont finalmente se eche para atrás y acabe siguiendo en activo. Más allá de rumores y filtraciones, en Junts ya ha empezado la campaña para que su líder no les deje tirados si Illa consigue ser investido con los votos de los Comuns y ERC. 

Xavier Trias, en una entrevista a El Punt Avui, afirmaba que “necesitamos el liderazgo de Puigdemont”. De este modo, lo que ya se comenta en privado se expone a la opinión pública. Un escenario perfecto para que Puigdemont pueda justificar el hipotético incumplimiento de su promesa, apelando a las necesidades y peticiones de su partido. No sería la primera vez que vemos algo parecido: Pedro Sánchez ya jugó esta carta en sus cinco días de reflexión.

En Junts, la inmensa mayoría quiere que el expresident siga. Muchos de ellos le piden que, aunque deje su acto de diputado, no abandonde la primera línea política y se dedique a liderar el partido. Algo que ya hace, pero que ahora quieren lo haga en calidad de presidente de la formación. De hecho, esto ya lo pidió hace unas semanas el mismo Xavier Trias.

Imagen en primer plano de Xavier Trias abrazando a Laura Borràs

Esto, además, serviría para apartar definitivamente al sector de Laura Borràs de los mandos del partido. Este sector cada vez pinta menos en las decisiones del partido, pero la expresidenta del Parlament condenada por corrupción sigue ejerciendo el cargo de presidenta de Junts. Un congreso para poner a Puigdemont de presidente de la formación sería la estocada definitiva al ‘borrasismo’.

Sin embargo, hay otro sector que no solamente apuesta para que Puigdemont presida el partido. También quieren que ejerza de jefe de la oposición cuando se confirme la investidura de Salvador Illa. Es decir, que ni tan siquiera abandone su escaño en el Parlament.

En Junts tienen claro que, sin Puigdemont, viene el abismo. Y varios pesos pesados del partido ya se están movilizando para que siga y, por lo tanto, ya están preparándole el terreno para que pueda dar marcha atrás en su promesa. Y que, de paso, se aplace la previsible caída que sufrirán cuando el expresident decida irse a su casa. Aunque también hay gente que ya tiene en mente que se debe afrontar el futuro del partido post-Puigdemont, siguen a la espera. Y es que, a día de hoy, su figura es todavía intocable, por lo menos, de puertas para fuera.

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