
Salvador Illa capea su segunda crisis con una oposición dividida
La desunión entre Junts y el resto de la derecha ofrece una posición cómoda al Govern y sus socios
Salvador Illa pidió comparecer de forma voluntaria en el Parlament este martes para dar cuenta del apagón eléctrico del 28 de abril. Esta es la segunda crisis a la que se enfrenta su gobierno, tras el caos en Rodalies. Esta vez los partidos procesistas, cada uno a su manera, han vuelto a librar al President de un apuro.

Los socios procesistas de Illa han evitado una crítica frontal al Govern y han dirigido todas sus energías contra la derecha y las nucleares. Junts sí ha querido mostrar un tono duro. Pero en lugar de impugnar la estrategia del ejecutivo en materia de energía ha centrado sus críticas en la falta de liderazgo y de comunicación.
El resto de la derecha (PP, Vox y Aliança Catalana) sí han centrado sus críticas en la política energética del PSC y la izquierda catalana. Esta división entre Junts y el resto de la derecha contrasta con la unidad cada vez más robusta de la izquierda, desde el PSC a la CUP. Esto debilita la oposición, y favorece al gobierno en minoría del PSC.
Junts, un dique de contención para el PSC
Está claro que Junts no quiere verse en el mismo saco que PP, Vox y AC, y eso condiciona su acción parlamentaria en Cataluña. Pero esto está generando una contradicción cada vez más evidente.
El Parlament se está polarizando ideológicamente, con un PSC arrastrado por la CUP y los Comuns frente a una derecha cada vez más escorada al extremo. En esta tesitura, los titubeos son un hándicap que condena a Junts al aislamiento. Ni tiene suficiente fuerza para presionar a Illa, ni sirve para fortalecer una oposición que le ponga contra las cuerdas.
Junts se ha convertido en un partido que un día defiende la rebaja fiscal y los empresarios, y al siguiente cursos de catalán para imanes radicales. A ello se le suma la falta de un liderazgo fuerte y visible. En la práctica se ha convertido en un dique de contención para el PSC ante las arremetidas de la derecha.
La izquierda, cada vez más unida
La división se ha vuelto a manifestar en la sesión plenaria de este miércoles. Mientras Vox y Aliança Catalana han presionado al gobierno por las agresiones a la policía, Junts ha hablado del espionaje al independentismo.
La intervención de Albert Batet en clave procesista ha contrastado con la de Alejandro Fernández (PP) contra la censura procesista en las universidades. Esto evidencia la división de la oposición entre la derecha procesista (Junts), la derecha constitucionalista (PP) y la derecha radical (Vox y AC). Lo cual impide una unidad de acción contra el gobierno de Illa.

La demostración de la debilidad de Junts es que pidieron dimisiones a Illa por el apagón, pero sin convicción ni la capacidad para forzarlas. Lo mismo para el resto de la oposición, que más allá de la crítica no pusieron al Govern contra las cuerdas.
Illa puede respirar tranquilo por ahora, pues ha podido capear las dos crisis (Rodalies y el apagón) con el aliento de sus socios y ante una oposición dividida. Mientras la derecha se divide, la izquierda está cada vez más unida. ERC y Comuns han demostrado que sostendrán a Illa pase lo que pase, porque tienen mucho que perder y poco que ganas con su caída.
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