El que fuera mano derecha de Artur Mas pide a ERC y Junts que pacten con Salvador Illa
Una de las pocas voces realistas del independentismo pide asumir el 12M y que Cataluña adquiera ‘cultura de poder’
David Madí es una figura muy interesante de la política catalana. Mano derecha del expresidente Mas, Madí fue una voz determinante en la etapa final de Convergencia. Con un acceso privilegiado a la fontanería procesista, Madí ha publicado el libro ‘Merèixer la victòria' (editorial Columna) y su análisis no deja de ser bastante lúcido. En una entrevista de promoción del libro para El Periódico ha dejado algunas reflexiones oportunas.
Una ingenuidad de fábrica
De entrada, Madí constata sin medias tintas que el procés ha tenido una fuerte carga de “ingenuidad e infantilismo”. Empezando por la unidad independentista, que era la única posibilidad real de haber conseguido algo y se malogró por una mezcla de electoralismo y mediocridad estratégica. “Me pone muy nervioso la ingenuidad”, dice Madí.
A preguntas sobre la última ocurrencia del expresidente Mas de resucitar un frente amplio independentista, Madí viene a decir que el 12M ha llevado a Cataluña por otro camino. “Por primera vez desde 1980 el catalanismo no suma mayoría absoluta. Hay un millón de votantes que hace una abstención de castigo militante. No sé si son capaces de entender el diagnóstico, pero, si no lo entienden, este les pasará por encima”, señala.
En esta línea, Madí es inmisericorde con la incapacidad casi congénita del procesismo para asumir el funcionamiento de la realidad política. “El catalanismo haría bien en entender cómo funciona de verdad todo”, dice antes de concluir que “se ahorrarían muchos 'drama queen' a los que nos tienen acostumbrados”.
Que el catalanismo madure
Como no podía ser de otra manera, la cuestión más candente es la investidura de un nuevo president. Sobre esto, la postura de Madí está en continuidad con sus críticas. “El mandato de estas elecciones es claro. Son un punto y final al mandato del 1 de octubre y abren nuevos escenarios, sin mayorías”.
Es decir, que el procesismo de Junts y ERC debería olvidarse de intentar enmendar el resultado de las urnas con malabares parlamentarios. Según Madí, ahora toca pactar y organizar mayorías. A largo plazo, los escenarios son tres: “lo volveremos a hacer”, “no haremos nada” o “lo haremos diferente”.
Pero lo cierto es que Madí da por descontado el escenario al cual nos dirigimos. Y este no es otro que un catalanismo que actúa desde dentro de España - en alianza con los vascos - para ir abriendo espacios de posibilidad. Empezando, cómo no, por el concierto económico.
Aunque tal vez lo más relevante de las palabras de Madí sea su invitación a que el catalanismo político madure. A todos los efectos, le pide al catalanismo que asuma el realismo político. “Ahora el poder da miedo. Es una enorme debilidad. España es una gran nación forjada a base de violencia, fuerza y muchos capítulos donde ha aprendido a ejercer el poder. Y solo respeta este poder”. Aviso para navegantes.
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