Carles Puigdemont en primer plano saludando con cara sonriente
POLÍTICA

Puigdemont y su regreso: la eterna promesa, por ahora incumplida

El 'expresident' promete volver para el debate de investidura, pero los precedentes de los últimos años siembran la duda

“Volveré el día del debate de investidura, tanto si gano como si no”. Con esta contundencia se expresaba esta misma semana el candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat, Carles Puigdemont. Quien ya fuera ‘president’ entre 2016 y 2017 manifestaba su compromiso en los micrófonos de RAC1.

Ante la nitidez de sus palabras, cualquier ciudadano ajeno a la política catalana daría veracidad a las palabras de Puigdemont. Sin embargo, los precedentes vividos hasta día de hoy obligan, como mínimo, a poner en tela de juicio sus afirmaciones en este sentido. Desde su traslado a Bélgica, Puigdemont y su entorno han especulado en varias ocasiones con su regreso, llegando incluso a prometerlo.

Montaje con un plano medio cort de Carles Puigdemont y otro de Pedro Sánchez, uno mirando hacia arriba y otro mirando al suelo con cara de preocupación

Cierto es que el contexto político actual, con la amnistía a pocas semanas de aprobarse —veremos después su vigencia tras los posibles recursos judiciales—, es más favorable que nunca para Puigdemont. Pero hay que tener en cuenta, a la vez, la complejidad política y jurídica de la situación. Quizá Puigdemont arriesgue demasiado al prometer con tanta claridad su regreso.

“Para que vuelva el president, hay que votar al president”

Sobre todo, si tenemos en cuenta que el crédito de sus promesas de vuelta está agotado o incluso en números rojos. La noche del 29 de octubre de 2017, el ‘president’ ya destituido por el artículo 155 abandonaba Cataluña por sorpresa de todos, incluida parte de su Govern y de su partido. Puigdemont se instalaba en Bélgica, en aquel momento de modo provisional, aunque la situación se ha prolongado durante seis años y medio hasta ahora.

Ya entonces, en aquellos primeros compases de lo que el independentismo calificó de “exilio” desde el primer día, Puigdemont usó la carta de su regreso. El Gobierno de Mariano Rajoy había convocado elecciones autonómicas para el 21 de diciembre tras aplicar el artículo 155. Puigdemont, candidato de Junts per Catalunya ya prometió volver en esa campaña electoral.

De hecho, esta fue la principal idea de campaña de Junts per Catalunya. “Para que vuelva el ‘president’, hay que votar al ‘president’”, clamaba uno de sus eslóganes. Puigdemont condicionaba su regreso a una victoria electoral —sin aclarar si se refería a su formación o a la mayoría independentista—, pero su vuelta a Cataluña no se produjo.

Pasados los comicios, Puigdemont, que ya en campaña había evitado concretar, condicionó su regreso a ser investido por el Parlament. Pese a que Junts, ERC y CUP sumaban 70 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta, dicha investidura nunca se produjo. Aunque el pleno estaba convocado para el 30 de enero de 2018, el veto del Tribunal Constitucional hizo que el presidente de la cámara, el republicano Roger Torrent, anulara la sesión.

Fue el primer choque entre Junts y ERC y la razón que, aún hoy, aduce Puigdemont para justificar por qué no volvió a Cataluña la primera vez que lo prometió. En el aire queda la duda sobre si, efectivamente, se hubiera producido su regreso en caso de investidura.

Montaje Carles Puigdemont con Clara Ponsatí i Toni Comín

“Si tengo el acta de eurodiputado, yo vuelvo a Cataluña”

Pero la especulación de la vuelta a Cataluña fue usada también en otra contienda electoral: la de las elecciones europeas de 2019. Carles Puigdemont lideraba la lista de su partido con un objetivo claro: resultar elegido eurodiputado para obtener la inmunidad. La posibilidad de no ser detenido en todo el territorio de la Unión Europea abría la puerta a que Puigdemont pudiera poner nuevamente sobre la mesa la opción de su regreso.

“Si tengo el acta de eurodiputado, yo vuelvo a Cataluña”, afirmaba con contundencia en una entrevista en RAC1 el 12 de marzo de 2019, a dos meses de las elecciones europeas. Nuevamente, la promesa no fue cumplida. Puigdemont —también Toni Comín y, meses después con el Brexit, Clara Ponsatí— fue escogido parlamentario europeo, aunque el cargo no le fue reconocido hasta el mes de diciembre de 2019.

Pese a este retraso —esta semana, el TJUE ha dado la razón a Puigdemont—el ‘expresident’ no cumplió con su promesa del regreso una vez pudo ejercer plenamente en el Parlamento Europeo. Durante casi cinco años, Puigdemont ha ejercido como europarlamentario y ha gozado de la inmunidad —excepto en periodos de suspensión—, pero nunca la ha puesto en riesgo en territorio español. Pese a su promesa en campaña, pues, de nuevo todo quedó en agua de borrajas.

Por segunda vez, tras haber verbalizado las condiciones de un regreso, Carles Puigdemont incumplía su principal promesa electoral.

Fotomontaje con la tertuliana Pilar Rahola y el expresidente Carles Puigdemont muy sonrientes con una captura de twitter de fondo

Los cantos de sirena del entorno de Puigdemont

Pero no solamente Carles Puigdemont ha especulado con su posible retorno a Cataluña durante los últimos seis años y medio. También lo ha hecho su entorno, que frecuentemente ha alimentado la idea para mantener activadas a sus bases y a buena parte de la ciudadanía alineada con las tesis independentistas. El regreso del ‘expresident’ ha sido un cebo recurrente en el último ciclo político en Cataluña y hay muestras constantes de ello.

El jefe de la oficina del expresidente Puigdemont, Josep Lluís Alay, usaba esta carta de forma muy prematura. Era en verano de 2018, en una entrevista en ‘Vilaweb’: “La idea es que el ‘president’ vuelva y sea restituido, la vuelta de Puigdemont está cada vez más cerca”, afirmaba. Efectivamente, Alay no comprometía sus palabras con plazos concretos, pero casi seis años después es evidente el incumplimiento de su pronóstico.

Después de la batalla por la inmunidad tras ser elegido eurodiputado, los cantos de sirena sobre el regreso de Puigdemont volvieron en 2022. A principios de ese año, se pronunciaba sobre ello la opinadora oficial de Junts per Catalunya, Pilar Rahola. Justo al inicio del año, Rahola situaba el retorno del ‘expresident’, a través de un mensaje en Twitter, como “uno de los grandes propósitos de 2022”.

Meses más tarde, en abril de 2022, Rahola se aventuraba a acotar aún más la fecha de la vuelta de Puigdemont a través de un mensaje en su videoblog. Calificaba la vuelta del líder de Junts como “probable en otoño” de ese mismo año. Sin embargo, el tiempo situó las afirmaciones de Rahola en su lugar: Puigdemont no volvió ni en otoño, ni en todo 2022 ni tampoco en 2023. Humo.

Carles Puigdemont, sentado, hablando en una rueda de prensa al lado de Gonzalo Boye que pone cara seria y junta sus palmas delante suya haciendo el gesto de rezar

Otra de las voces que puso fecha fallida al regreso ‘puigdemontista’ es la de su abogado, Gonzalo Boye. En noviembre de 2022, el letrado afirmó en una entrevista que el momento de la vuelta “está más cerca de lo que nos imaginamos” y dejó caer que “mayo —de 2023—es una buena fecha”. Pero todo cayó por su propio peso: la de Boye fue una nueva declaración incumplida del entorno de Puigdemont.

Ante estos precedentes, la duda sobre si el regreso se produce antes del verano —tal y como el ‘expresident’ afirma— es más que razonable. ¿Veremos cómo Puigdemont pisa de nuevo territorio español en las próximas semanas o asistiremos a una nueva promesa desvanecida del ‘expresident’?

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