Puigdemont vuelve a tirar de victimismo y se lleva un sonoro zasca
El expresident aprovecha la 'Operación Cataluña' para resurgir de sus cenizas
La polémica en torno a la ‘Operación Cataluña’, una supuesta trama policial organizada por el Gobierno de España para acabar con el Procés, le viene a Carles Puigdemont como anillo al dedo. Con su popularidad por los suelos, el escándalo le permite tirar de victimismo y mantenerse a flote. Aunque ya ni los suyos tragan con eso.
El Món a RAC1 sacaba esta mañana que “la policía patriótica utilizó a un vecino de Jordi Sánchez para espiarle cuando era presidente de la ANC”. A Puigdemont le ha faltado tiempo para tuitear. “Poco a poco van quedando todos desenmascarados, métodos propios de la Stasi y las dictaduras”, escribió.
Pero Puigdemont hace tiempo que ha perdido el aura de intocable, y los independentistas ya le responden sin reparos. “Es feo”, le dicen, “pero lo que realmente hace daño a vuestros votantes es que no hicierais nada ni pensarais hacerlo. Se tomó más en serio el Procés el CNI que vosotros”.
Los comentarios no tienen desperdicio
La mayoría van en esta línea, poniendo en evidencia la negligencia de los líderes procesistas aquellos años. “Cada vez resulta más evidente que los únicos que no se tomaron seriamente la posibilidad de independizarnos fueron todos ustedes, nuestros supuestos líderes. Qué lástima y qué gran ocasión perdida”, reza otro comentario.
A Puigdemont los independentistas le dicen que “deje ya de llorar, siempre quejas y más quejas, y cuando teníais que hacer algo os entró el miedo”. Le dicen que “incluso vosotros quedáis desenmascarados”. También le recuerdan el actual pacto con el PSOE, y una amnistía que ven como “una rendición”.
Hay quien también se acuerda de Jordi Sánchez, que tras la presidencia de la ANC se convirtió en diputado de Junts en el Parlament y en las Cortes, y en secretario general del partido. “No hacía falta espiarle”, dicen con mala leche, “él mismo se encargó de ir frenando todo poniendo palos en las ruedas”. El CNI aquí se equivocó, aseguran, “porque se anulaba él solito”.
Puigdemont ya no es el líder
De los comentarios se desprende que hay una parte muy importante del independentismo que ya no ve a Carles Puigdemont como su líder. No comparten su estrategia, pero tampoco su forma de hacer. Prefieren liderazgos menos lacrimosos y victimistas, y más decididos a la hora de dar pasos hacia la independencia.
Muchos no le perdonan que suspendiera la declaración de independencia en 2017, y que ahora pacte con el PSOE renunciando a la vía unilateral. Puigdemont trata de demostrar continuamente que sigue siendo un independentista irreductible. Pero cada vez lo tiene más difícil para defender sus posicionamientos y decisiones.
Viendo que ya es imposible revertir el proceso de desafección, ha iniciado un giro ideológico en su partido para volver a la vieja Convergència. Se trata de ocupar un nuevo espacio que le permita hacer política en Madrid y virar a la derecha sin contradicciones. Mientras, el independentismo huérfano de padre busca ahora un nuevo líder.
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