El procesismo redobla sus ataques a Sílvia Orriols
La alcaldesa de Ripoll hace temblar los cimientos del establishment catalán
Sílvia Orriols se ha convertido, desde hace meses, en la principal piedra en el zapato de los procesistas. Políticos, medios subvencionados y otros beneficiarios del dinero público no han escondido su malestar por el auge que está teniendo la alcaldesa de Ripoll con su discurso antiprocesista y antiislamista. Ante esta deriva, muchos han optado por redoblar sus esfuerzos para atacarla y desacreditarla.
La líder de Aliança Catalana fue agredida el viernes pasado en Ripoll cuando paseaba con su marido. En esta ocasión, pero, la idea del ‘hermana yo sí te creo’ brilló por su ausencia. El mundo político y mediático catalán se movió entre el silencio y la insinuación de que la agresión fue fruto de una pelea iniciada por la pareja de Sílvia Orriols. Siempre quedará la duda de cómo se habrían comportado en el caso de que la agredida fuera Laura Borràs, Tània Verge o Najat Driouech.
El viernes pasado Sílvia Orriols sufrió violencia física por parte de un joven marroquí, pero en las últimas horas también ha sufrido otro tipo de violencia. En este caso, institucional. Por parte del Govern, que quiere multarla con 10 000 euros por dar su opinión respecto al islamismo en un programa de televisión.
Al conocerse la noticia, Sílvia Orriols ha recibido el apoyo de mucha gente ante este ataque a la libertad de expresión por parte del Ejecutivo de Pere Aragonès. Pero hay una parte importante del procesismo que ha aprovechado para redoblar sus ataques a la alcaldesa de Ripoll. Medios como NacióDigital o VilaWeb i miembros cercanos a Puigdemont como Josep Costa o Lluis Llach no han dudado en sumarse al linchamiento de la líder de Aliança Catalana.
Ataques directos a Sílvia Orriols
En el editorial de NacióDigital, se acusa de Sílvia Orriols de “extrema derecha”, de “xenófoba”, de “discursos de odio”, de “populista” y de “ultranacionalista”. Y defienden que el organismo del Govern que quiere multar a la alcaldesa de Ripoll sirve para “actuar contra casos no denunciables por la vía penal”. Es decir, sirve para aplicar multas administrativas en cuestiones que delante de un juez seguramente no se sostendrían de ningún modo.
VilaWeb también explicaba el caso especificando que la Oficina de Igualdad de Trato y No Discriminación, que es quien pide la sanción a Orriols, es un “organismo autónomo”. Un “organismo autónomo” que comparte página web y dirección postal con el Departamento de Igualdad y Feminismos que dirige Tània Verge. Esto provocó que decenas de lectores les reprocharan el enfoque dado en la noticia.
Más duro se ha mostrado Josep Costa, exdiputado de Junts cercano a Puigdemont. En su cuenta de X, acusó a Sílvia Orriols de “saber perfectamente que la pueden acusar de dos delitos de odio por cada publicación que hace”. Y la reta afirmando que “para mí la noticia es que prefiera ser perseguida por xenófoba que por independentista”.
También otra figura cercana a Carles Puigdemont se ha pronunciado al respecto. Se trata de Lluis Llach, que quita hierro al asunto, señalando que no se la ha multado, sino que “solo se le abre un expediente”. Varios usuarios le reprocharon que “no es normal abrir un expediente y pedir 10 000 euros a una ciudadana por dar su opinión”.
Muchos opinan que esta apertura de expediente debería quedar en nada sí la líder de Aliança Catalana decide recurrir. En cualquier caso, en las próximas semanas y meses veremos cómo termina este intento del Govern de silenciar a Sílvia Orriols. Una Sílvia Orriols que, a cada ataque que recibe del procesismo, más adeptos suma a su causa.
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