Imagen de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont mirando cada una para un lado
POLÍTICA

El procesismo abandona (de momento) la independencia

ERC y Junts cambian el ‘ho tenim a tocar’ para lanzarse al pragmatismo en plena crisis electoral

‘Ho tenim a tocar’ fue una de las frases estrella del procés. Junts, ERC y la CUP aseguraban que eso de la independencia era pan comido y que Cataluña no tardaría en ser “un nuevo estado de Europa”. Para convencer a la población tuvieron la ayuda inestimable de la prensa procesista regada con subvenciones. “La independencia ya es cosa de horas, más que de semanas”, decía por ejemplo Vicent Partal de Vilaweb en octubre de 2017.

Siete años después, ni “ho tenim a tocar” ni “es cosa de horas”. Junts, ERC y compañía parecen ir asumiendo su fracaso. Y el debate ya no es ni la independencia ni siquiera el referéndum. Lo que está hoy en día sobre la mesa es el modelo de financiación. Tanto ‘procés’ para acabar en los mismos postulados que defendía Artur Mas hace más de una década.

imagen del mítin final en Barcelona de Esquerra Republicana con Oriol Junqueras, Pere Aragonès, Laura Vilagrà i Ernest Maragall

Cada vez está más claro que será el modelo de financiación lo que haga que Salvador Illa sea o no el próximo presidente de la Generalitat. Es la principal exigencia de ERC para votar a favor de la investidura del líder del PSC. Y Junts ha comprado el marco, con la diferencia de que ellos defienden esta postura como contraprestación para aprobar los presupuestos generales del Estado y no para la investidura. Pero el marco es el mismo en los dos partidos procesistas, que a cada cita electoral ven como el abstencionismo indepe va aumentando.

El procés ha muerto y eso lo tienen claro ellos mismos. No ha muerto, claro, el procesismo. Al fin y al cabo, Junts y ERC viven de la amenaza a un PSOE que necesita sus votos tanto en el Congreso como en el Parlament. Y el mantra procesista, por lo tanto, sigue más vivo que nunca. Pero ni independencia, ni referéndum: de lo que se habla es de la financiación. 

Se trata de un triunfo de Pedro Sánchez a corto plazo. A medio y largo plazo ya veremos porque haber impulsado la amnistía y haber perdonado a los líderes procesistas (aunque todavía no está claro que acabe siendo así), les anima a seguir con su relato reivindicativo del “ho tornarem a fer”. Sin embargo, en un momento en el que la política se ha convertido en algo que solo mira a corto plazo, Pedro Sánchez se permite tener pan hoy a base de concesiones, para que el que venga después tenga que gestionar el hambre.

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