Presión fiscal, costes laborales y burocracia: la misión imposible de ser autónomo

La ministra de Inclusión, Elma Saiz, presentó recientemente un balance muy revelador sobre la cotización de los autónomos en 2023. Según los datos, casi 800.000 autónomos tuvieron que pagar diferencias a la Seguridad Social por haber cotizado por debajo de sus ingresos reales. En total, se revisaron las cuotas de más de 3,7 millones de autónomos, emitiendo 4,2 millones de notificaciones para ajustar sus cotizaciones.

Este proceso de “regularización” se puso en marcha tras el cierre de la campaña del IRPF. Con la retórica fiscal habitual, la ministra destacó que este nuevo sistema busca un modelo “más justo”, donde las cotizaciones estén vinculadas a los ingresos reales. Como era de esperar, los autónomos solo ven otro ladrillo fiscal que, en esta ocasión, se intenta justificar por su propio bien:

En cualquier caso, la presión fiscal - destinada a financiar la insostenible situación de la Seguridad Social - es uno de los muchos problemas que tienen los autónomos. A todos los efectos, se trata de un sector maltratado que padece por partida doble la cara negativa de nuestro modelo económico.

Contratar a un asalariado, un objetivo fuera de alcance para la mayoría

A pesar de su importancia para la economía española, la mayoría de autónomos enfrentan barreras significativas para expandir su actividad. Según un informe del Ministerio de Trabajo, el 85,6% de los autónomos no pueden permitirse contratar empleados. De los más de 3,4 millones de autónomos registrados, solo el 14,4% tienen al menos un trabajador contratado.

Además, el 53% de los que emplean a otros solo pueden mantener un asalariado, y solo un 10,7% tiene cinco o más. Esta dificultad para crear empleo refleja las trabas burocráticas, el sistema de tributación y los elevados costes laborales. Y es que son precisamente los autónomos y pequeños empresarios los que soportan el aumento de los costes laborales, como puede ser la subida del SMI.

Si se mira con perspectiva, la situación no ha mejorado en el último año. De hecho, los autónomos con trabajadores contratados disminuyeron en casi 10.000 personas. Además, más de 269.000 autónomos dependen de una situación de pluriactividad para subsistir, combinando trabajo por cuenta propia y ajena.

El V Estudio Nacional del Autónomo, realizado por Infoautónomos y la Universidad de Granada, reflejaba que un 60% de los autónomos tienen dificultades para conciliar su vida laboral y familiar. Asimismo, el 80% no puede permitirse más de 20 días de vacaciones al año, y un alarmante 90% acaba dándose de baja por problemas económicos. 

Nuevos autónomos, una mayoría extranjera

Otro dato destacado del panorama actual es el perfil de los nuevos autónomos en España. Según la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el 96,5% de los nuevos emprendedores registrados desde 2021 son de origen extranjero. Entre marzo de 2021 y marzo de 2025, se han dado de alta más de 104.000 autónomos foráneos, frente a menos de 4.000 españoles.

Este fenómeno se da en casi todas las comunidades autónomas. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se han registrado más de 22.000 nuevos autónomos extranjeros. Esta cifra que supera con creces a los poco más de 2.000 españoles que iniciaron actividad en el mismo periodo. Solo en Ceuta y Melilla se ha registrado un descenso en el número de autónomos extranjeros.

El modelo económico

Los autónomos extranjeros han compensado la caída en sectores tradicionales como el comercio y la agricultura. Además, han impulsado el crecimiento en áreas como la construcción, la hostelería y los servicios profesionales. En concreto, el aumento más significativo se observa en la construcción, con casi 17.500 autónomos extranjeros nuevos. Otros sectores con subidas importantes son las actividades científicas y técnicas, la hostelería y la información y comunicación.

Esta es otra manifestación de los profundos cambios que vive el mercado laboral español, derivados de la demografía. Como es sabido, la absoluta mayoría del crecimiento de la fuerza laboral de España se debe a la inmigración. En este sentido, los autónomos no son una excepción, menos todavía si se tienen en cuenta muchos de los sectores poco productivos en los que operan.

Desafíos de difícil solución

Las trabas burocráticas, la falta de apoyo efectivo de las políticas públicas y la dificultad para contratar complican mucho la labor de los autónomos. Según los datos, más del 97% de los autónomos considera que las políticas actuales no respaldan adecuadamente a los trabajadores por cuenta propia. Esto evidencia una brecha importante entre las necesidades reales de este colectivo y las respuestas gubernamentales.

Al igual que ocurre entre las patronales empresariales, las asociaciones de autónomos reclaman una mayor simplificación administrativa. Además, en su caso, piden mejoras en el sistema de cotización (no pagar más, en esencia) y medidas que incentiven la contratación. Pero lo cierto es que, con la tensión de la Seguridad Social sobre el presupuesto público, el margen de mejora fiscal para los autónomos es por ahora una utopía.