Los planes de Pedro Sánchez para ser presidente
El PSOE encara la recta final de las negociaciones
El ‘no’ del Congreso de los Diputados a la investidura de Alberto Núñez Feijóo ha abierto el tiempo de Pedro Sánchez. Ahora es el PSOE, junto con Sumar, quién debe encabezar las negociaciones para formar gobierno. Moncloa ha puesto en marcha un plan para reeditar el gobierno de coalición.
Los dirigentes territoriales socialistas han firmado un documento en el que avalan los pactos del PSOE con ERC y Junts. Pedro Sánchez quiere asegurarse de que no haya ninguna grieta en su partido. El mensaje es claro, cerrar filas en torno al presidente y máxima discreción en las negociaciones con Junts.
Un mensaje secundado por el secretario general de Junts, Jordi Turull, este fin de semana. Sabedor de lo que se juegan, calificó la negociación de “trascendente” y pidió “seriedad y discreción”. Pese a la tensión de los últimos días, en Ferraz creen que el juego de verdad empieza ahora y son optimistas.
El calendario de Pedro Sánchez
Tras el fracaso de Feijóo solo hay dos escenarios posibles, o la investidura de Pedro Sánchez o repetición electoral. Felipe VI abre hoy una nueva ronda de consultas para designar un nuevo candidato a formar gobierno. Mañana anunciará el nombre, que será muy seguramente el de Pedro Sánchez.
Los socialistas tendrán entonces un tiempo limitado para negociar con el resto de partidos y conseguir al menos 176 apoyos. La Constitución es clara al respecto. El PSOE tiene dos meses después de la primera votación de investidura para obtener la confianza del parlamento, o de lo contrario “el rey disolverá ambas cámaras y convocará nuevas elecciones”.
Puesto que la primera votación se hizo el 27 de septiembre, Pedro Sánchez tiene hasta el 27 de noviembre para ser investido. Ahora le corresponde a la presidenta del Parlamento, Francina Armengol, poner fecha a la primera votación de la investidura de Pedro Sánchez. En el caso de Feijóo, dio un plazo de 35 días.
Lo antes posible
El plan de Moncloa es convencer a Carles Puigdemont de que no tiene otra alternativa que investir a Pedro Sánchez. Exhibirán las manifestaciones contra la amnistía y los discursos de Feijóo y Abascal desde la tribuna del Congreso. Por el contrario, ofrecerán un acuerdo histórico con el que fraguar un amplio consenso contra la derecha y la extrema derecha.
El PSOE insistirá en dos cuestiones que son muy importantes para el desarrollo de la legislatura. Primero, la línea roja del referéndum, que el Gobierno de Pedro Sánchez no está dispuesto a cruzar en ningún momento. Segundo, la renuncia a la unilateralidad y la exigencia de lealtad al pacto suscrito.
El principal escollo será precisamente el referéndum. ERC y Junts han acordado proponer el referéndum como condición sine qua non, y el PSOE y Sumar han advertido de que esto dinamita las negociaciones. Para calmar los ánimos de los independentistas, Ferraz prepara un ambicioso plan económico y de transferencias para Cataluña.
La otra parte del plan consiste en poner un deadline para que Junts tenga que negociar contra las cuerdas. En el entorno de Sánchez creen que dilatar las negociaciones va a favor de Puigdemont, quien se siente cómodo en la refriega. La estrategia socialista pasa por cerrar un acuerdo antes de que acabe el mes de octubre.
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