
Plaga de chinches en las cárceles catalanas: los funcionarios piden dimisiones
Sindicato SICAP-FEPOL: 'Una situación insostenible y absolutamente intolerable'
Las cárceles catalanas atraviesan uno de los momentos más críticos de su historia reciente. A la larga lista de problemas que han azotado los centros penitenciarios se suma ahora una crisis sanitaria. Según ha informado el sindicato SICAP-FEPOL, el Centro Penitenciario de Mujeres de Barcelona enfrenta una grave infestación de chinches.
En su comunicado, FEPOL denuncia que desde hace más de un mes la sección abierta de mujeres del centro, con 263 internas, está siendo atacada por una plaga de chinches. La situación ha empeorado tanto que se han tenido que cerrar más de diez celdas. Esta acción ha dado paso a soluciones improvisadas, como el otorgamiento de permisos extraordinarios a las internas para que no pernocten en el centro. Aunque alivia parcialmente la situación, subraya la ineficacia de las autoridades para abordar el problema de manera efectiva:
Además de los internos, el personal penitenciario también está siendo afectado por la plaga. Una trabajadora del centro sufrió picaduras, que aunque podrían haberse atribuido a mosquitos, también son compatibles con las de los chinches. La situación ha desbordado la capacidad de respuesta del Departamento de Justicia y la dirección del centro. Esto ha llevado al sindicato a calificar la pasividad y negligencia de las autoridades como inaceptables.

El sindicato pide dimisiones
FEPOL exige medidas inmediatas para frenar la plaga y proteger tanto a las internas como al personal del centro. Entre las acciones solicitadas se incluyen una desinsectación total de las instalaciones afectadas, la evaluación urgente de los riesgos laborales y la información transparente sobre la situación y las soluciones adoptadas. Además, el sindicato reclama responsabilidades políticas por la negligencia en la gestión de la crisis. Llegan a pedir el cese inmediato del director general de servicios penitenciarios, José María Montero.
La denuncia del sindicato subraya un patrón de inacción que, lejos de ser un caso aislado, parece reflejar un problema más amplio dentro del sistema penitenciario catalán. Las políticas progresistas implementadas en los últimos años no han logrado dar respuesta a los desafíos que enfrenta este sector. Esto se ha traducido en una degradación progresiva de las condiciones laborales y de seguridad. Mientras tanto, las cárceles siguen siendo un lugar de creciente conflictividad, con situaciones cada vez más insostenibles.
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