Montaje con dos planos medios de Pedro Sánchez a la izquerda de la imagen y de Alberto Núñez Feijóo a la drecha, los dos alzando un brazo, y de fondo una imagen del Congreso de los Diputados
POLÍTICA

Pedro Sánchez, sin oposición

Ganó el debate ante un Feijóo superado y un Abascal que renunció al cuerpo a cuerpo


Euforia comedida en el PSOE tras la primera sesión del debate de investidura. Hasta los periódicos conservadores dan como ganador a Pedro Sánchez, que con todas sus artimañas supo neutralizar a un Feijóo superado y un Abascal que renunció al cuerpo a cuerpo. Además, aparecen nuevos resquicios de división en la derecha.

Vox ha amenazado al PP de romper los gobiernos autonómicos si permite la tramitación de la amnistía en el Senado. Los de Santiago Abascal también presionan para impulsar la ilegalización de ERC y Junts en el Senado. Los populares, por su parte, se sienten cada vez más incómodos con Vox y prevén una legislatura tensa con ellos.

La división y la falta de una estrategia clara en la derecha beneficia a un Pedro Sánchez que ayer destrozó a sus enemigos y aplacó a los escépticos. Sin un proyecto claro de país, le bastaron sus tablas para agrandarse en la adversidad. En medio de la que está cayendo, dio la sensación de que el presidente se lo estaba pasando bien.

Feijóo, de más a menos 

Alberto Núnez Feijóo hizo una intervención a la altura de un líder de la oposición consciente de la gravedad del momento. Con un tono firme pero sereno, esgrimió una astuta estrategia consistente en acorralar al PSOE con la amnistía y desenmascarar a sus socios. Culminó así la construcción del perfil institucional que empezó a marcar con el discurso de su debate de investidura, el 26 de septiembre.

El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, durante la primera sesión del debate de investidura del líder del PP, en el Congreso de los Diputados, a 26 de septiembre de 2023, en Madrid

En Génova se muestran satisfechos con la intervención de su líder, que supo encontrar el equilibrio perfecto entre la dureza y la moderación. También creen que el radicalismo de Vox, que ayer renunció a la política por el activismo, les deja un espacio libre para crecer en la crítica institucional al Gobierno. Feijóo podrá ahora hacerse grande desde la oposición mientras el gobierno se desgaste en manos de los independentistas.

Si Feijóo se mostró solvente en su intervención, en cambio perdió en el cuerpo a cuerpo. El líder de la oposición se vio vapuleado por un Pedro Sánchez crecido, que se rio de él sin que este mostrara nada más que un inquietante nerviosismo. El PP solo tomó la iniciativa para afear a Rufián el ataque a los jueces, y poco más.

Vox se lo pone fácil a Sánchez

Mientras, Vox sigue empeñado en una estrategia estéril que solo le sirve para reivindicarse ante los suyos. Los de Santiago Abascal abandonaron el hemiciclo para unirse a una manifestación que reunía apenas unas decenas de personas a las puertas del Congreso. Cedieron así el monopolio de la oposición al PP, y dejaron la pista libre a Pedro Sánchez y a sus socios para caricaturizar sus exabruptos.

Montaje de Santiago Abascal con el congreso de fondo ligeramente desenfocado

Abascal dio vueltas sobre sí mismo con una retórica inflada con términos como “golpe de estado” y “tirano”. Más allá de eso, ni una sola propuesta con cara y ojos para desactivar el plan de Pedro Sánchez. Todas sus iniciativas, como intentar paralizar la investidura en los tribunales, fracasan una detrás de otra.

Da la sensación de que Feijóo se ha acomodado en su papel de líder de la oposición, y que Abascal se conforma con la gesticulación. La realidad es que la legislatura echará andar con un Pedro Sánchez pletórico y sin oposición. Al presidente solo se puso cara de circunstancias con el rapapolvo de Junts per Catalunya… todo un síntoma.

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