Pedro Sánchez ahonda la crisis del procesismo
Junqueras y Puigdemont rivalizan ahora por una foto
Pedro Sánchez tiene a ERC y a Junts justo donde quería, peleándose por una foto en lugar de ponerse de acuerdo para formular peticiones de máximos al Gobierno español. Este jueves, el presidente se reúne con el President Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat. Además, ha confirmado que se reunirá por separado con Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en las mesas de negociación de republicanos y postconvergentes.
ERC y Junts intentan vender la reunión con Pedro Sánchez como una nueva concesión del Gobierno español gracias a la posición de fuerza de sus respectivos partidos. En realidad, los socialistas están convencidos de que la foto por separado debilita al procesismo. Y eso les resta fuerza para poder exigir al Gobierno que cruce ciertas líneas rojas.
En Ferraz consideran que la disputa entre ERC y Junts por hacerse una foto con Pedro Sánchez confirma que han renunciado a la vía unilateral. A partir de aquí, el Gobierno gestionará las reuniones intentando marcar los tiempos. La más delicada será la de Carles Puigdemont, y quieren tenerlo todo bajo control.
Aragonès-Sánchez, partida de ajedrez
El PSOE habla de la reunión de mañana como la reanudación de la mesa de diálogo con el Govern. El President Aragonès pondrá encima de la mesa los temas urgentes de la carpeta catalana, pero mañana no se cerrará nada. Será una reunión de carácter informativo, para sentar las bases de la negociación.
La reunión es importante para Pere Aragonès, que quiere marcar perfil presidencial en su lucha interna con Oriol Junqueras y en su competencia externa con Carles Puigdemont. Para el Gobierno, la imagen servirá también para normalizar las relaciones bilaterales con el Govern. Y de paso reforzar la tesis de que Pedro Sánchez ha conseguido devolver a los independentistas al redil de la negociación.
Por otro lado, Aragonès sabe que está en la recta final de la legislatura y que necesita presentar avances en materia nacional al electorado independentista. El PSOE internará dilatar las conversaciones, parar el tiempo, esperando el cambio de gobierno en Cataluña. Para entonces, las demandas del Govern podrían quedar en saco roto.
ERC y Junts rivalizan
Luego están las mesas de negociación de ERC y Junts, donde cada uno de los partidos intenta sacar su propio rédito. La verdad es que ambos partidos tienen el mismo interés y acabarán formulando las mismas propuestas. La clave está por lo tanto en los tiempos y la gesticulación, la imagen.
El PSOE esperará la aplicación de la amnistía para reunirse con Junqueras y Puigdemont como políticos rehabilitados. Pero además, en Ferraz están convencidos de que las dos mesas ahondará la crisis y la división del procesismo. Mientras republicanos y juntaries se pelean, sus partidos se desgastan y la indignación independentistas crece.
En un escenario ideal, el PSOE contempla en el horizonte la victoria de Salvador Illa y la conformación de un gobierno progresista en Cataluña. Un gobierno que podría incluir a Esquerra si suman con los Comuns. Sería la última carambola de un Pedro Sánchez que lo tiene todo muy bien pensado.
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