Pablo Iglesias se lanza con todo a por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz

El 5 de mayo de 2021 Pablo Iglesias anunció su dimisión como vicepresidente del Gobierno de coalición PSOE-Podemos que presidía Pedro Sánchez. El líder Podemos cedió el testigo a una Yolanda Díaz en la que confió para recuperar la confianza en el partido. La esperanza que despertaba entonces gallega parecía ser la única opción para salvar un proyecto que se estaba desgastando a merced de las contradicciones de la coalición con el PSOE.

Yolanda Díaz aceptó el encargo a regañadientes, pero una vez instalada en el cargo puso rumbo hacia la ruptura y el inicio de un proceso de renovación. Aquello fue un desafío que Iglesias no perdonó. El acercamiento entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz no solo ha sido el detonante de la ruptura de la izquierda, sino también de una guerra personal del fundador de Podemos contra el binomio PSOE-Sumar.

Podemos escenificó la ruptura abandonando el Gobierno para pasar al grupo mixto. Ahora, la guerra entre José Luis Ábalos y el PSOE con el escándalo de corrupción de por medio ofrece a los morados la ocasión perfecta para vengarse. Pablo Iglesias lidera desde su terminal mediático la ofensiva contra el Gobierno con Ábalos mediante.

PSOE y corrupción: gasolina para Pablo Iglesias

Pablo Iglesias está bombardeando con el caso Ábalos en sus redes sociales, a través de su digital Diario Red y de su programa La Base, y en los medios donde llaman, como TV3. El mensaje es claro, “aunque el exministro debe abandonar sus cargos actuales, el PSOE utiliza la clásica táctica del cabeza de turco, chivo expiatorio o cortafuegos”. De una forma aún más clara, Iglesias señala al entorno de Pedro Sánchez y apunta a la corrupción sistemática del bipartidismo (PSOE-PP).

En su editorial “La corrupción y el relato”, en Diario Red, desliza que la responsabilidad del caso de corrupción no podía agotarse en Ábalos. Para Iglesias, también estarían implicados la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y los ministros Ángel Víctor-Torres, Fernando Grande-Marlaska y Salvador Illa. “Si José Luis Ábalos tiene responsabilidad política en el caso Koldo, ¿por qué no la tienen todos estos dirigentes del PSOE?”, se pregunta.

Su conclusión es que el sacrificio político de Ábalos es “una mera escaramuza mediática para intentar controlar el relato”. Además, arremete contra los medios afines al PSOE en su editorial “Jose Luis Ábalos y la progresía mediática”. Afirma que “los disparos contra Ábalos no buscan luchar contra la corrupción, sino acompañar la operación cortafuegos para proteger a Pedro Sánchez”.

La ocasión ideal para reivindicar a Podemos

El escándalo de corrupción que salpica al PSOE le sirve a Pablo Iglesias para justificar el motivo por el que nació Podemos, la lucha contra el sistema corrupto del bipartidismo. Su salida del Gobierno para irse al grupo mixto le pone en clara ventaja para criticar al PSOE. Tanto él como Pablo Echenique han reivindicado el hecho de que en Podemos no haya “un solo caso de corrupción ni de puertas giratorias”.

La estrategia ha sido asumida también por la cúpula de Podemos, que pide “que se investigue hasta el final y se repare el daño causado”. Aunque no han mencionado a Sumar, en Podemos tienen claro que ahora el problema de credibilidad lo tiene Yolanda Díaz. Y que el partido magenta lo tendrá difícil para justificar su alianza con un partido manchado por el escándalo de corrupción.

Está claro que más allá de las implicaciones que tenga en Sumar, todo lo que sea debilitar al Gobierno de coalición es positivo para Podemos. Los morados están en pleno proceso de recuperación con la mirada puesta en las elecciones europeas del mes de junio. Ahora pueden diferenciarse como el único partido de la izquierda íntegro y sin casos de corrupción (PSOE) o aliados con partidos supuestamente corruptos (Sumar).