La otra derrota del procesismo: los fans de la Selección se reivindican en Cataluña

La realidad en las calles catalanas ha cambiado considerablemente en los últimos años. Hace no demasiado tiempo, eran habituales las manifestaciones independentistas, ya fuera por las marchas por la Diada, los cortes en la Meridiana u otras protestas. Ahora, siete años después del punto álgido del 'procés', el panorama es otro bien distinto.

En el último mes ha sido habitual ver a seguidores (sobre todo chavales) de la Selección luciendo las camisetas de Lamine Yamal, Nico Williams u otros jugadores del combinado dirigido por Luis de la Fuente. Una fiebre por 'la Roja' que ha ido aumentando a medida que la Selección iba superando eliminatorias hasta plantarse en la final de la Eurocopa este domingo contra Inglaterra.

Precisamente, el partido por decidir el campeón de la Eurocopa se ha convertido en el punto culminante de esta fiebre por la Selección. La mayoría de las grandes ciudades catalanas han apostado por instalar pantallas gigantes para seguir el encuentro. Barcelona, Badalona, Tarragona, Lérida, El Prat de Llobregat, Sabadell, Castelldefels, Gavà, Vila-seca, L'Hospitalet de Llobregat... y ojo porque son localidades en las que gobiernan partidos de prácticamente todos los colores: PSC, PP, pero también Junts y ERC. No ha sido así en Gerona, donde la CUP gobierna con Junts y ERC y el alcalde, Lluc Salellas, ya dijo que solo instalaría pantallas gigantes para ver a la selección catalana masculina y femenina.

De hecho, esta realidad que se ha vivido este último mes en Cataluña no ha pasado desapercibida por muchos independentistas que no hace tanto llenaban las calles catalanas a grito de "las calles serán siempre nuestras". Y el diagnóstico general ha sido claro: señalar a los partidos procesistas.

ERC y Junts han ido gobernando los últimos lustros con el objetivo, teóricamente, de logar la independencia. Y no solo no la han conseguido, sino que se han dado cuenta de que en Cataluña también hay mucha gente que, más allá de sus opciones políticas, desea que la Selección española gane. Es sin duda, el último fracaso del procesismo. Uno de tantos, como por ejemplo la realidad del catalán en los institutos. Y es que esta semana conocíamos que las notas de catalán en la ESO son las más bajas de los últimos 11 años. De intentar independizarse a que Cataluña se llene de camisetas de la Selección y que los jóvenes tengan el peor nivel de catalán de la última década. De esto difícilmente podrán sacar su comodín habitual de decir que es "culpa de España".