Oriol Junqueras con traje azul y camisa blanca levanta el brazo mientras es aplaudido por una multitud en un evento, con fotógrafos capturando el momento.
POLÍTICA

Oriol Junqueras gana con el 52,2% de los votos y liderará la nueva etapa de ERC

Las bases muestran su apoyo a Militància Decidim para relanzar un proyecto a la deriva

Oriol Junqueras ha sido reelegido presidente de ERC con el 52,2% de los votos en la segunda vuelta de las primarias del partido. La candidatura Militància Decidim se impone así en un congreso marcado por la guerra sucia y la crisi interna. La segunda candidatura respaldada por Marta Rovira ha obtenido el 42,2% de los votos, con una participación del 81,91%.

Un grupo de personas en una conferencia de prensa frente a un fondo amarillo con el logotipo de un partido político.

No ha habido sorpresas. El expresidente del partido ya rozó la mayoría absoluta en la primera vuelta, y se presentaba en esta segunda votación como el gran favorito. Varios factores explican el éxito de su candidatura, frente a la otra lista oficialista.

Oriol Junqueras ofrecía un proyecto basado en el músculo de la militancia y el ámbito municipialista. Ha conseguido presentarse como el candidato de las bases frente al establishment representado por los afines a Marta Rovira. Los críticos que proponían un giro estratégico al independentismo han demostrado no tener suficiente fuerza para cambiar el rumbo del partido.

Oriol Junqueras abre una nueva etapa

Militància Decidim ha recibido el encargo de la militancia de abrir una nueva etapa en ERC.

Junqueras tiene ahora un doble reto. Por un lado, recoser el partido para superar la crisis interna y reconstruir la unidad en torno a un mismo proyecto. Por otro lado, revertir el proceso de declive de la formación republicana para disputar la hegemonía del espacio independentista a Junts.

Oriol Junqueras vuelve a tomar las riendas del partido, y esta vez sin contrapesos. Él ocupará la presidencia del partido y su idea es volver a liderar la candidatura a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones. Elisenda Alamany ocupará la secretaría general, con la incógnita de cómo quedará el resto del organigrama del partido.

Junqueras tendió la mano a la reconciliación pero parece difícil que los roviristas tengan encaje en el nuevo organigrama. En cambio, sí podría haber una voluntad de integración de los críticos para evitar más tensiones en un partido fracturado.

Los pactos con el PSC, en el aire

La decisión más inmediata que tendrá que tomar Junqueras es cómo quedan las relaciones con el PSC. Ya ha anunciado su intención de no entrar en el gobierno de Salvador Illa. Tampoco quiere empezar a negociar los presupuestos hasta que el PSC cumpla sus acuerdos de investidura.

Esto deja los presupuestos de 2025 en el aire y obliga a Salvador Illa ha dar un paso más al frente para ganarse el apoyo de ERC. La nueva dirección podría también impulsar una consulta interna para revalidar el acuerdo de investidura. Queda por saber los plazos y la forma.

Pero Junqueras también dejó claro en campaña que su intención es seguir con la estrategia de ensanchar la base del independentismo. Por lo tanto, su prioridad sigue siendo pactar con los partidos de izquierda antes que buscar un acercamiento a Junts. De hecho, su reelección vuelve a reavivar las tensiones con el partido Carles Puigdemont.

Internamente, su intención es desarrollar mecanismos para unir a las bases con la dirección y hacer un partido más horizontal. Ha prometido mejorar la democracia interna y apostar por la transparencia con una comisión de la verdad.

Junqueras también tiene la aspiración de convertir ERC en el nuevo partido laborista de Cataluña. Propone la creación de estructuras de estado para gestionar los recursos y los servicios públicos de Cataluña. Así mismo, quiere centrarse en captar más militantes y reforzar las políticas orientadas al mundo laboral.

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