Empieza la purga en ERC
Oriol Junqueras ha despedido de manera fulminante al responsable del informe sobre los carteles
La elección de la nueva cúpula de ERC abrió el pasado sábado un período de transición en la formación republicana. El nuevo presidente, Oriol Junqueras, tendrá que decidir ahora si lleva a cabo una transición dulce o impone la temida purga. De momento, ha empezado marcando terreno.
Solo cuatro días después de su reelección, Junqueras ha cesado de manera fulminante a Xavier Mombiela. Y no es alguien cualquiera. Se trata nada más y nada menos que del responsable de la investigación sobre el escándalo de los carteles del alzheimer.
Con esta decisión, Oriol Junqueras deja claras sus intenciones de empezar por la regeneración del partido. Su prioridad es poner en marcha la comisión de la verdad para esclarecer los excesos de la última etapa del partido -la famosa estructura B. Ya en campaña, Junqueras propuso a uno de sus incondicionales, Joan Tardà, para encabezar la comisión.
Empieza así a vislumbrarse la estrategia de Oriol Junqueras para extender su control absoluto sobre el partido. Habla de "calma y tranquilidad" por un lado, cuando le preguntan sobre los posibles ceses. Pero por otro lado se asegura el control de la estructura que se encargará de establecer la "verdad" sobre la estructura B.
Y esto es clave, porque ahora Junqueras tiene todos los resortes para construir el relato oficial y vengarse de sus adversarios. Una vez que se haya "demostrado" su inocencia y la culpabilidad de los demás, lo tendrá más fácil para ir purgando el partido.
Los planes de Junqueras
Con este cese Oriol Junqueras ha lanzado un mensaje, y es que no le temblará la mano para imponer la unidad bajo su mando. El próximo lunes se reunirá la nueva ejecutiva para ratificar el despido. Y también para poner en marcha la comisión de la verdad que deberá depurar responsabilidades sobre la estructura B.
La nueva dirección de Esquerra ha justificado el despido por la "pérdida de confianza" en Mumbiela, fruto de su "ineficiencia". En cambio, el propio Mumbiela ha denunciado "amenazas y coacciones" por parte de los junqueristas.
Junqueras ve la comisión de la verdad como la palanca para imponer su control absoluto por el partido. El nuevo presidente ha confeccionado una ejecutiva a su medida con Elisenda Alamany, Diana Riba, Oriol López y Pau Morales como sus principales escuderos. Además, ha designado como nuevo gerente a Lluís Salvadó, exconsejero y hombre de su confianza.
Los cambios en el grupo parlamentario deberán esperar. Es evidente que Marta Vilalta y Josep Maria Jové serán relevados tarde o temprano, pero Junqueras ha dicho que lo primero es lo primero. Lo prioritario ahora es la comisión de la verdad y la negociación de los presupuestos.
La guerra que se avecina
Nova Esquerra Nacional y Foc Nou han planteado un desafío la junquerismo. Pese a reconocer su victoria, anuncian que no se rendirán y llaman a su militancia a seguir dando la batalla ideológica y estratégica desde dentro del partido. Hay que recordar que Oriol Junqueras ganó con un margen muy estrecho, un 52%, y eso da alas a sus rivales.
Ahora se encuentra con la necesidad de purgar el partido de roviristas y octubristas para impedir que la oposición interna se haga fuerte. Pero al mismo tiempo mantener la calma necesaria para recoser un partido roto y conseguir la unidad en torno a su proyecto.
Si los críticos con la actual dirección se acaban viendo desplazados de todas las esferas de poder, la escisión es un escenario posible. No sería nada descabellado, viendo por ejemplo como terminó Convergència i Unió. Además, Cataluña está en pleno proceso de agitación con la aparición de partidos nuevos y espacios políticos emergentes.
El despedezamiento de ERC sería un nuevo contratiempo para una organización que ya ha perdido más de dos mil militantes en los últimos años. Y cuya estrategia en la nueva etapa junquerista consiste precisamente en ensanchar la base.
Otro escenario plausible para los críticos sería el de esperar a que Oriol Junqueras caiga. Muchos ven imposible que consiga enderezar el partido, y si la sangría de votos y militantes continúa, Junqueras no pasará de la siguiente legislatura.
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